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Espejito espejito, ¿puedo ser el mejor equipo?

No son pocas las veces que hemos visto entrar en la discoteca al clásico enamorado de sí mismo, encantado de conocerse, y que se cree el tipo más guapo del lugar cuando ni siquiera pasa de un cinco (dicho por ellas). En ocasiones, esa actitud positiva te hace parecer más guapo y esa autoconfianza te lleva a pequeñas victorias que recordarás durante algún tiempo. El problema viene cuando te pasas de frenada, cuando te crees George Clooney o Henry Cavill y no eres mucho más que un Adrien Brody pre Oscar. Ahí, lo normal es que a las 6 de la mañana tu fachada y tu mirada desencajada muestren tu enorme decepción, y que los que quedan aún en la discoteca te miren con cara de ‘¿y qué esperabas?’.

Pasada la semana 16, la NFL ha llegado a las 6 de la mañana, y los que no se han llevado ya a los playoffs a casa aún están coqueteando con ellos para conseguir su teléfono y ver si quedan en postemporada. Pero para el resto, el panorama es desolador y se está empezando a cebar con los que aún están deambulando por la barra o la pista de baile, completamente desnortados por no haber sabido mesurar sus expectativas. Haber sido capaz de sentarse frente al espejo y autoevaluarse de la forma correcta les habría hecho no malgastar innecesariamente la noche.

Los Broncos sentarán a Russell Wilson en las dos últimas semanas

El último en darse cuenta que las cosas no iban como debían han sido los Denver Broncos, que tras su derrota frente a los Patriots han dicho basta. Esto es especialmente significativo por cuanto que Denver aún tiene opciones de meterse en playoff, las cuales no son especialmente remotas. Ganando a Chargers y en Las Vegas necesita que Colts gane sus dos partidos (vs LV y vs HOU), Pittsburgh pierda los suyos (@SEA y @BAL) y que Titans gane a Jaguars en la última semana.

El asunto aquí es que los Broncos ya no se ven tan guapos con Wilson a los mandos del ataque tras probar con él durante casi una temporada completa, y la paciencia con los QB está sobrevalorada. “No puedo reemplazar a toda la línea ofensiva, ni traer cinco receptores, y si no hago cambios, otro ocupará mi lugar pronto”, dijo Sean Payton a los medios cuando explicó el porqué de la suplencia de Wilson. Pero son los números los que hacen más contundente esta decisión, que busca fundamentalmente evitar que se garanticen $41M de salarios futuros en caso de que se lesione en los partidos que quedan y que Wilson no pueda superar el examen físico en marzo.

La extensión de contrato que los anteriores propietarios le firmaron al ex de Seahawks (antes de la llegada de Payton), seguramente para encarecer el valor de la franquicia de cara a la venta, cae como una losa a la hora de construir el resto del equipo, el cual tiene aún muchos agujeros visibles. Las elecciones de draft que el equipo de Colorado dio en el traspaso tanto del QB como del HC sólo añaden más leña al fuego. Así que si por un lado, el cap de Wilson es razonable en 2023 y 2024, este superará los $50M anuales a partir de 2025, cuando Wilson tendrá ya 37 años. Es por eso que los Broncos le pidieron durante la semana de descanso al mariscal de campo que aplazara las garantías que tiene frente a lesión principalmente en 2024 ($41M en total). Con ellas, una posible lesión durante la próxima temporada les colocaría en la misma situación que están ahora pero con un año de desgaste del proyecto Peyton.

Denver ya se plantea el corte

Todo apunta ahora a un corte en marzo, el cual le obligará a Denver a asumir nada menos que $85M de dinero muerto, que podrán repartir en 2 años aplicando la designación ‘pos 1 de junio’. Esta les permite dividir en 2 años todo ese dinero, dejando intacto el cap previsto para 2024 ($35.4M) y aplazar $49.6M para el cap de 2025, el equivalente a las cantidades correspondientes a todos los bonos prorrateados a partir de ese año. Algo que probablemente harán, puesto que la ingeniería financiera necesaria para encajar esos $85M sólo en 2024 implicaría deshacerse de varios de los mejores jugadores de la plantilla, puesto que los Broncos estarían ya unos $19M sobre el cap del año que viene, que Overthecap estima en unos 242M para cada equipo.  

Si bien es cierto que ese corte no le sale barato a los de Mile High, una vez que has visto tu realidad en el espejo, es mejor retirarse a tiempo que esperar a ser aplastados por ella. Y parece que estarían en un buen momento para pasar página, en lo que a estrategia de construcción de plantilla se refiere. Situados actualmente en el pick #14 del próximo draft, parece viable que pudieran escalar hasta incluso el pick #10 en caso de perder los dos partidos en los que saldrán con Jarrett Stidham de titular, ya que además varios de los equipos que hoy elegirían justo antes de ellos juegan partidos directos entre sí. Es inevitable pensar que Sean Payton no quiere dejar pasar esta hornada de quarterbacks universitarios, viendo que la de 2025 parece que será más floja. Si el contrato de Wilson ya les ha retrasado un año, no elegir QB en este draft podría retrasarles otros dos.

Pero que nadie descarte un traspaso

La otra puerta de salida a esta situación, y a buen seguro la primera que van a intentar los Broncos, es el traspaso. A pesar de lo que pueda parecer, puede haber varios ganadores con esta opción. Los Broncos asumirían “sólo” $46M de dinero muerto y traspasarían al equipo comprador un contrato de $21.4M en 2024 y $41.4M en 2025, con sólo $25.8M garantizados. Cifras similares en conjunto a lo que acaba de firmar Geno Smith en Seattle. Un contrato más que asumible por un potencial equipo comprador que no quiera o no pueda arriesgarse con el draft, o que no haya podido conseguir a su chico en él. A cambio de un jugador que ha desempeñado bien este año. Si la venta de Carson Wentz, que ha sido uno de los traspasos de quarterback más reciente, le retornó a Philadelphia una 3ª ronda del mismo año y una 1ª ronda del siguiente, y posteriormente a los Colts dos 3ºs rondas y el valor de una 4ª, no descartaría una contrapartida similar a estas por un pasador que será de lo mejor disponible en el mercado y con una relación calidad-precio difícil de mejorar.   

Sea como fuere, e independiente de cómo vaya a ser el futuro de los Broncos y de Wilson, Sean Payton sabe que ha llegado desaliñado a las 6 de la madrugada. De igual manera sabe que 2024 será una resaca segura, pero ha preferido no apurar lo que le quedaba de una copa que probablemente ya le supo amarga desde el primer trago para que los porteros del garito no le echaran a patadas. Se ha mirado en el espejo que tenía frente a la barra, y ha visto con claridad que está muy lejos de ser el rey de la fiesta. Sigue sin ser Clooney o Cavill, pero probablemente ahora, tras el movimiento con Russell Wilson, tiene una oportunidad de ligar como ellos algún día, aunque todos en la discoteca sepamos que no será mañana.