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Espejito espejito, ¿puedo ser el mejor equipo?

No son pocas las veces que hemos visto entrar en la discoteca al clásico enamorado de sí mismo, encantado de conocerse, y que se cree el tipo más guapo del lugar cuando ni siquiera pasa de un cinco (dicho por ellas). En ocasiones, esa actitud positiva te hace parecer más guapo y esa autoconfianza te lleva a pequeñas victorias que recordarás durante algún tiempo. El problema viene cuando te pasas de frenada, cuando te crees George Clooney o Henry Cavill y no eres mucho más que un Adrien Brody pre Oscar. Ahí, lo normal es que a las 6 de la mañana tu fachada y tu mirada desencajada muestren tu enorme decepción, y que los que quedan aún en la discoteca te miren con cara de ‘¿y qué esperabas?’.

Pasada la semana 16, la NFL ha llegado a las 6 de la mañana, y los que no se han llevado ya a los playoffs a casa aún están coqueteando con ellos para conseguir su teléfono y ver si quedan en postemporada. Pero para el resto, el panorama es desolador y se está empezando a cebar con los que aún están deambulando por la barra o la pista de baile, completamente desnortados por no haber sabido mesurar sus expectativas. Haber sido capaz de sentarse frente al espejo y autoevaluarse de la forma correcta les habría hecho no malgastar innecesariamente la noche.

Los Broncos sentarán a Russell Wilson en las dos últimas semanas

El último en darse cuenta que las cosas no iban como debían han sido los Denver Broncos, que tras su derrota frente a los Patriots han dicho basta. Esto es especialmente significativo por cuanto que Denver aún tiene opciones de meterse en playoff, las cuales no son especialmente remotas. Ganando a Chargers y en Las Vegas necesita que Colts gane sus dos partidos (vs LV y vs HOU), Pittsburgh pierda los suyos (@SEA y @BAL) y que Titans gane a Jaguars en la última semana.

El asunto aquí es que los Broncos ya no se ven tan guapos con Wilson a los mandos del ataque tras probar con él durante casi una temporada completa, y la paciencia con los QB está sobrevalorada. “No puedo reemplazar a toda la línea ofensiva, ni traer cinco receptores, y si no hago cambios, otro ocupará mi lugar pronto”, dijo Sean Payton a los medios cuando explicó el porqué de la suplencia de Wilson. Pero son los números los que hacen más contundente esta decisión, que busca fundamentalmente evitar que se garanticen $41M de salarios futuros en caso de que se lesione en los partidos que quedan y que Wilson no pueda superar el examen físico en marzo.

La extensión de contrato que los anteriores propietarios le firmaron al ex de Seahawks (antes de la llegada de Payton), seguramente para encarecer el valor de la franquicia de cara a la venta, cae como una losa a la hora de construir el resto del equipo, el cual tiene aún muchos agujeros visibles. Las elecciones de draft que el equipo de Colorado dio en el traspaso tanto del QB como del HC sólo añaden más leña al fuego. Así que si por un lado, el cap de Wilson es razonable en 2023 y 2024, este superará los $50M anuales a partir de 2025, cuando Wilson tendrá ya 37 años. Es por eso que los Broncos le pidieron durante la semana de descanso al mariscal de campo que aplazara las garantías que tiene frente a lesión principalmente en 2024 ($41M en total). Con ellas, una posible lesión durante la próxima temporada les colocaría en la misma situación que están ahora pero con un año de desgaste del proyecto Peyton.

Denver ya se plantea el corte

Todo apunta ahora a un corte en marzo, el cual le obligará a Denver a asumir nada menos que $85M de dinero muerto, que podrán repartir en 2 años aplicando la designación ‘pos 1 de junio’. Esta les permite dividir en 2 años todo ese dinero, dejando intacto el cap previsto para 2024 ($35.4M) y aplazar $49.6M para el cap de 2025, el equivalente a las cantidades correspondientes a todos los bonos prorrateados a partir de ese año. Algo que probablemente harán, puesto que la ingeniería financiera necesaria para encajar esos $85M sólo en 2024 implicaría deshacerse de varios de los mejores jugadores de la plantilla, puesto que los Broncos estarían ya unos $19M sobre el cap del año que viene, que Overthecap estima en unos 242M para cada equipo.  

Si bien es cierto que ese corte no le sale barato a los de Mile High, una vez que has visto tu realidad en el espejo, es mejor retirarse a tiempo que esperar a ser aplastados por ella. Y parece que estarían en un buen momento para pasar página, en lo que a estrategia de construcción de plantilla se refiere. Situados actualmente en el pick #14 del próximo draft, parece viable que pudieran escalar hasta incluso el pick #10 en caso de perder los dos partidos en los que saldrán con Jarrett Stidham de titular, ya que además varios de los equipos que hoy elegirían justo antes de ellos juegan partidos directos entre sí. Es inevitable pensar que Sean Payton no quiere dejar pasar esta hornada de quarterbacks universitarios, viendo que la de 2025 parece que será más floja. Si el contrato de Wilson ya les ha retrasado un año, no elegir QB en este draft podría retrasarles otros dos.

Pero que nadie descarte un traspaso

La otra puerta de salida a esta situación, y a buen seguro la primera que van a intentar los Broncos, es el traspaso. A pesar de lo que pueda parecer, puede haber varios ganadores con esta opción. Los Broncos asumirían “sólo” $46M de dinero muerto y traspasarían al equipo comprador un contrato de $21.4M en 2024 y $41.4M en 2025, con sólo $25.8M garantizados. Cifras similares en conjunto a lo que acaba de firmar Geno Smith en Seattle. Un contrato más que asumible por un potencial equipo comprador que no quiera o no pueda arriesgarse con el draft, o que no haya podido conseguir a su chico en él. A cambio de un jugador que ha desempeñado bien este año. Si la venta de Carson Wentz, que ha sido uno de los traspasos de quarterback más reciente, le retornó a Philadelphia una 3ª ronda del mismo año y una 1ª ronda del siguiente, y posteriormente a los Colts dos 3ºs rondas y el valor de una 4ª, no descartaría una contrapartida similar a estas por un pasador que será de lo mejor disponible en el mercado y con una relación calidad-precio difícil de mejorar.   

Sea como fuere, e independiente de cómo vaya a ser el futuro de los Broncos y de Wilson, Sean Payton sabe que ha llegado desaliñado a las 6 de la madrugada. De igual manera sabe que 2024 será una resaca segura, pero ha preferido no apurar lo que le quedaba de una copa que probablemente ya le supo amarga desde el primer trago para que los porteros del garito no le echaran a patadas. Se ha mirado en el espejo que tenía frente a la barra, y ha visto con claridad que está muy lejos de ser el rey de la fiesta. Sigue sin ser Clooney o Cavill, pero probablemente ahora, tras el movimiento con Russell Wilson, tiene una oportunidad de ligar como ellos algún día, aunque todos en la discoteca sepamos que no será mañana.

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Previa NY Giants 2021: Jugando con fuego

Todos los que hemos pasado por la universidad hemos tenido asignaturas que no nos motivaron. Por el horario, el profesor o la materia que se impartía, yo rehusé ir a clase y preferí centrarme en otras materias o quehaceres más ociosos que consideré más importantes en aquel momento. Cuando llegaron aquellos exámenes, obviamente tuve que tirar de apuntes ajenos y de las últimas horas previas para estudiar, porque aún siendo consciente de la precariedad de mis decisiones hasta el momento del examen, estaba convencido de que los aprobaría.

Ese exceso de confianza ha sido también la seña de identidad del general manager de los New York Giants, Dave Gettleman, durante las 4 offseasons que lleva en el cargo, las cuales se resumen en un balance global de 15-33 en 3 temporadas completas. Él aún no ha aprobado ninguno de sus exámenes, todos ellos con dobles dígitos en derrotas. Aunque ha pasado mucho tiempo desde aquellos “errores de cálculo” de 2018, como los calificó el propietario de la franquicia, John Mara, en la rueda de prensa en la que pasó revista del equipo de 2021, sigue sin estar claro a día de hoy con qué apuntes se está presentando Gettleman a su examen más importante hasta el momento.

La pasada agencia libre de los Giants ha sido un descarado intento por abrir una ventana de oportunidad de al menos 2 años. Quizá por tratarse de su segundo proyecto del general manager, y porque este se apoya en dos nombres impuestos o recomendados (llámalo como quieras) por el propietario, John Mara. Tanto Joe Judge (HC) como Jason Garret (OC) son apuestas personales del jefe, que se ha cansado de perder y ha pisado el acelerador para acortar los plazos hacia el éxito.

Apuestas arriesgadas en agencia libre

En una temporada en que el cap descendió por la sacudida del covid a la NFL y al resto del mundo, Gettleman se ha dado el capricho de firmar a la más grande de ese tipo de apuestas que lleva su firma inconfundible. Esa que quiere rescatar picks altos de draft que fracasaron en sus equipos. Leonard Williams(DE), después de ser etiquetado con el franchise tag en 2020, acaba de conseguir un contrato de promedio anual de $21M, casi a la altura del de Aaron Donald y Khalil Mack.

Para hacerlo posible, Gettleman dejó marchar a Dalvin Tomlinson (DT) y a Kevin Zeitler (G). Algo así como cuando yo dormía durante la clase desmotivante mi fiesta del día anterior. Cuando no vas a clase para darte un capricho eres plenamente consciente de que estás tentando a la suerte. Como cuando renuevas a jugadores que sólo han hecho una buena temporada por el hecho de que lo has traído tú. O cuando fichas jugadores con un importante historial de lesiones a golpe de talonario en la agencia libre. “Los chicos lesionados se lesionan”, llegó a decir Gettleman en una comparecencia ante la prensa no mucho antes de firmar a Kenny Golladay (WR), Adoree Jackson (CB) y Kyle Rudolph (TE), quienes apenas han entrenado juego 11 contra 11 durante la pretemporada. Si bien es cierto que esas incorporaciones deberían ayudar mucho al equipo a ambos lados del balón, su aportación sigue siendo una incógnita a día de hoy. Aunque parece que los tres estarán disponibles para Joe Judge en el partido de esta noche frente a los Broncos.

Kenny Golladay en el trainning camp de los NY Giants. Foto: Newsday.

Si el fichaje de los chicos lesionados parece arriesgado incluso con el beneplácito del médico, los movimientos del draft no lo fueron menos, ya que por primera vez en su carrera, Dave Gettleman traspasó un pick para bajar en el draft. Algo que podría haber sido muy positivo de no ser porque se supone que está en una temporada decisiva, en la que ha firmado tantos contratos y reestructuraciones importantes, y en la que tendrá que decidir qué hacer con Saquon Barkley (RB) y quizá con Daniel Jones (QB), en sus respectivas renovaciones. La primera de ellas, al parecer ya está en camino. El botín que hayas conseguido a cambio de diferir el valor de tu pick más importante a la próxima temporada, cuando aún tienes agujeros grandes que tapar en tu plantilla, realmente no importa, porque será más un parche ante el fracaso que un refuerzo para el éxito. No parece un movimiento inteligente, más bien temerario. Kadarius Toney será el sexto receptor en el equipo, y está muy por ver que Jason Garret tenga en su libro de jugadas la fórmula mágica para hacer de él un jugador de impacto inmediato en la liga. Además, su posición ya está cubierta (al menos este año) por Shepard (WR), por muy diferentes que puedan parecer como jugadores.

Asignaturas pendientes

Todo ello, junto con las recientes declaraciones de John Mara en las que afirmó que «no hacer playoff no sería un fracaso», hacen pensar que los Big Blue no tienen prisa porque lleguen los resultados y la apuesta es más por 2022 que por 2021, o al menos por el segundo tramo de esta temporada. Este año debe ser sí o sí, un año de crecimiento y de una mejora notable del equipo. Tanto en juego como en resultados de forma tangible en victorias. La afición no perdonará otro año de 5 ó 6 partidos ganados, y menos aún después del dispendio en contratos durante la offseason. Se exigirá mínimo un balance positivo y estar peleando la división hasta el último día, si no ganarla.

El problema para aprobar ese examen de final de temporada, es que Gettleman y sus Giants siguen sin disponer de dos partes importantes de la materia a evaluar: la línea ofensiva y los linebackers exteriores. El exceso de confianza le llevó a Gettleman a dar por hecho que los 3 picks que invirtió en el draft del año pasado (Andrew Thomas (LT), Matt Peart (RT) y Shane Lemieux(LG) afianzarían la línea ofensiva gracias al trabajo del cuerpo de entrenadores, la gran apuesta de Judge el día de su presentación. Y ese exceso de confianza le ha vuelto a jugar una mala pasada en el último draft, cuando por partida doble otros equipos se le adelantaron para elegir a los dos líneas ofensivos que le interesaban (reconocido por el propio Gettleman). Ello unido a la retirada imprevista de Joe Looney (C) y Zach Fulton (RG) por la paliza de pretemporada de Joe Judge, ha dejado a la unidad en cuadro, hasta tal punto que Nate Solder (RT) apunta a titular esta noche porque Matt Peart (RT) es incapaz de mejorar el rendimiento del veterano, el cual fue lastimoso en el último partido de temporada frente a los Patriots, todo sea dicho. Así que Gettleman ha tenido que buscar profundidad en la unidad entre los suplentes de otros equipos ya que entre los descartes previos a la temporada no había nada decente. Por ello, más que la validez y la permanencia de Daniel Jones (QB) en el equipo y en la liga, lo que está en juego es su propia salud. Jason Garret deberá evolucionar 20 años su playbook de vieja escuela que tanto desesperó a los fans de Giants para que su quarterback pueda jugar con un mínimo de garantías, y para que podamos juzgar al quarterback de una vez por todas.

Foto: Jamie Sabau/Getty Images

Y por si los hog mollies del ataque no fueran incertidumbre suficiente para Gettleman, otra de sus grandes apuestas en los drafts sigue sin esclarecerse, la de los edges. Las lesiones y las plantillas incompletas a lo largo de sus 3 primeros años como gerente han dado al traste con sus recurrentes picks de linebackers de presión. Los Giants volverán a apostar por el desarrollo de Lorenzo Carter (OLB, draft 2018), Oshane Ximines (OLB, draft 2019), Carter Coughlin (OLB, draft 2020), que no han hecho una temporada completa y siguen sin dar el paso que se espera de ellos. Confianza que tampoco debe ser muy grande puesto que Gettleman drafteó otro edge más con la segunda ronda de este año, Azeez Ojulari (OLB, draft 2021). Si bien con la incorporación de Adoree Jackson (CB), Aaron Robinson (DB) y Rodarius Williams (CB), la secundaria está más que afianzada y apunta a ser élite, el cuerpo de linebackers es la incógnita que el equipo debe resolver para poder estar en el top #10 de defensas de la liga, donde tiene su potencial, ya que fue la 12ª el año pasado.

NY progresará despacio, pero debe mejorar y mucho

En definitiva, los Giants y su general manager Dave Gettleman vuelven a estar a examen ante la afición, aunque no tanto ante su propietario, lo que hace pensar que la silla de Gettleman no peligra si la cosa no termina en descalabro. La que empezará a arder pronto es la del principal candidato a cabeza de turco si las cosas no van por su cauce, Jason Garret. Y no es injusto pensar que será de forma merecida ya que suya es la responsabilidad de un ataque que no ha funcionado y que fue el número 31 de la pasada temporada.

No hay que ser un visionario para intuir que los Giants tendrán un arranque lento, y que disfrutará de su verdadera pretemporada en los 4 partidos de septiembre (DEN, @WAS, ATL y @NO). Será complicado, pero deberá evolucionar en el tramo intermedio y final, cuando visitarán a algunos de los cocos de la liga (LAR, @KC, @TB, @MIA y @LAC) y tendrán 5 de los 6 partidos divisionales.

Pero si las cosas no empiezan a ajustarse para entonces, y el arranque del equipo vuelve a alcanzar las 6 derrotas en la segunda mitad de octubre, todos sabremos que Gettleman no hizo los deberes, y que fue incapaz de construir de una vez por todas la base de la plantilla a través del draft. Sabremos también que se equivocó de apuntes al pagar grandes contratos a jugadores cuya salud o rendimiento no se correspondieron con la inversión en ellos. Que dejó para última hora los fichajes de la línea ofensiva que debía permitir correr a Saquon y leer el campo a Daniel Jones, aplazando el valor del pick #11 en lugar de invertirlo en tapar algún agujero de esa unidad, que los tiene, vaya que si los tiene. Y aunque John Mara le permita presentarse al siguiente examen de septiembre para redimirse, la afición de los Giants y el resto de la NFL le pondrán un sonoro suspenso por haber jugado con fuego durante la toda la pasada offseason.

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Cómo construir un equipo NFL

Michael Lombardi, ex ejecutivo de los New England Patriots entre 2014-2016, con 2 victorias en la superbowl, escribió no hace mucho en uno de sus artículos en The Athletic, “el primer error que hay que evitar cuando se gestiona una franquicia NFL es pensar que es una empresa diferente y que no funcionará la misma estrategia comercial. No es cierto, el football es un negocio, puro y simple, y el primer activo que se debe tener es el sentido común. Después, es necesario desarrollar el liderazgo de los entrenadores dentro de la organización, y por último, crear una identidad propia, una marca.

Viendo cómo construyeron sus equipos los mejores general managers de la liga, los que acostumbran a tener a sus equipos en playoffs o los que están sabiendo construir mejor sus opciones de cara a un futuro próximo, (Belichick, Schneider, Roseman, Snead y Ballard), pueden intuirse ciertas líneas de gestión similares entre sí. Y aunque fueron diversas las formas de crear cada uno de estos equipos, en fundamento, no difieren de la teoría de Lombardi, y necesitaron como cualquier plan exitoso, de una serie de premisas para poder llevarse a cabo.

ESTABILIDAD. Lo primero que se necesita para establecer un proyecto deportivo ganador es una cultura de equipo, y para definirla y asentarla es necesaria la confianza del propietario. No hay un equipo ganador sin estabilidad. El problema es que para conseguir la estabilidad y la confianza a largo plazo de un propietario en esta liga, paradójicamente, es necesario demostrar rápidamente que eres el adecuado para el puesto, y eso suele ser valorado sólo en resultados, en victorias. Para ello, lo normal es tener que demostrarlo en los dos primeros años en el cargo. Disponer de 3 años no es lo habitual.

Esa cultura debe trascender además al cuerpo de entrenadores, que son quienes terminarán de transmitir con su liderazgo la cultura a los jugadores en el terreno de juego. Deben ir en la misma línea de acción que la gerencia, y deben demostrar también sus habilidades para desarrollar jugadores en ese período razonable de tiempo de dos años. Muchas veces se pierde de vista la importancia de esta cualidad de los entrenadores cuando quizá sea la más importante de todas, ya que ella permite optimizar el roster y aumentar el valor de los activos más importantes de la franquicia. De ahí que la tendencia reciente en la NFL haya empezado a ser la de contratar primero al entrenador jefe (HC) con esas habilidades especiales y darle a él plenos poderes incluso por encima del general manager, que es contratado después ya con la aprobación del entrenador. O la opción de otorgarle el cargo de general manager al propio head coach. Es la disyuntiva de quién debe estar sobre quién y tener la última palabra.

Bill Belichick entrenador y GM de los NE Patriots con el trofeo Vince Lombardi. Foto: Getty Images.

DEFINIR LA VENTANA DE OPORTUNIDAD. El objetivo de este proceso es, mediante esa cultura, establecer la ventana de oportunidad de victoria en esos 2 años como mucho. Ese es el plazo para construir un equipo que sea contender al tercer año. Roseman y Belichick jugaron y ganaron su primera superbowl en su segundo año. Schneider jugó playoff en su primera y tercera temporadas, y posteriormente disputó dos superbowls en los dos años siguientes. Por su parte, Les Snead jugó la superbowl en su primer año como GM de plenos poderes. Sólo Chris Ballard, seguramente a causa de la prematura retirada de Andrew Luck que trastocó todos sus planes, aún no ha jugado el gran partido.

FICHAR PRIORIDADES. Definida la cultura, llega la hora de invertir los recursos de acuerdo a esa filosofía de juego, esa identidad que define qué tipo de equipo se quiere ser (corredor o pasador, defensivo u ofensivo, explosivo o gestor del reloj, …). Para ello, es muy importante establecer las prioridades y hacerse cuanto antes con los jugadores de las unidades principales para la forma de juego elegida, que en muchas de ellas suelen ser las trincheras, la líneas ofensiva (OL) y defensiva (DL). Una, para evitar que el rival corra con el balón, y otra, para hacer funcionar el propio ataque y poder manejar el ritmo del partido. Además, ambas unidades necesitan tiempo para compenetrarse, por lo que es recomendale fichar y/o draftear cuanto antes en esas posiciones. Pero en otras formas de juego podría ser vital por ejemplo la secundaria, lo que requeriría de abordar pronto otros perfiles de jugadores.

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OPTIMIZACIÓN DEL CAP. Pero en ese proceso de reclutamiento de jugadores de acuerdo al plan, otro objetivo debe ser siempre optimizar al máximo el cap, también con una cultura específica y una identidad en esta parcela de la franquicia. Por ello, no puede perderse de vista nunca el valor posicional de los jugadores, dentro de la liga y dentro del equipo. Ni todas las posiciones son igual de importantes dentro del equipo ni, ni todas las posiciones se pagan igual, ni todas tienen la misma durabilidad. Hay algunas que están mucho mejor pagadas que otras en la liga, y disponer de contratos rookie en algunas de ellas durante la ventana de oportunidad puede dar la flexibilidad para contratar o renovar mejores jugadores en otras posiciones del equipo. Usar las elecciones altas del draft para reunir el mayor talento posible mediante contratos de rookie en posiciones de bajo coste es una buena forma de malgastar los recursos de los que se dispone.  

Existen otras soluciones para conseguir talento a bajo coste a base de veteranos fiables y baratos en contratos de corta duración, o conseguir jugadores drafteados o renovados con contratos de larga duración a un coste inferior al de mercado por extenderles el contrato antes de de que se conviertan en agentes libres. No es necesario gastar mucho dinero en jugadores contrastados y caros para tener un equipo exitoso. De hecho, salvo Les Snead en su primer año, ninguno de los general managers de los que hablaba llevó a cabo este tipo de movimientos. Todo lo contrario.

RIESGO/BENEFICIO. Como en cualquier empresa, es fundamental obtener de tus inversiones el mayor beneficio con el menor riesgo posible. Por ello, siempre será peor pagar en la agencia libre por un jugador que viene de otro equipo (y que no has probado en tu sistema y en tu vestuario), que un jugador que ya demostró ser valioso dentro del equipo y que además ocupa una de las posiciones importantes dentro de tu forma de jugar. Es el mismo riesgo de la inversión del que se habla siempre en el draft. ¿Por qué iba a ser diferente en el resto de decisiones? La propensión a las lesiones, la edad y el carácter del jugador suelen ser las 3 variables a medir para valorar el riesgo y ajustar el precio de mercado del jugador de acuerdo a su rendimiento en el campo. Y también por lo tanto, para tomar o no la decisión de ficharlo o renovarlo.

Antonio Brown, la apuesta fallida de los Oakland Raiders. Foto: AP/Ben Margot

FLEXIBILIDAD: Además, y esta es una parte fundamental en la construcción de plantillas, esos contratos de agencia libre, firmados en la puja con otros equipos pretendientes, suelen firmarse con grandes cantidades de dinero garantizado, en su mayoría signing bonus que se prorratean en el tiempo en caps de años futuros. Algunos general managers creen estar ahorrando dinero en el cap del año presente, cuando lo que realmente están haciendo es comprometer el cap de los años siguientes. Y todo ello con el riego constante de lesión o ajo rendimiento del jugador, lo que en caso de querer cortarle o traspasarle dejaría grandes cantidades de dinero muerto en el cap, sin correlación de rendimiento en el campo.

En contraposición a esta estrategia, lo ideal, aunque difícil de conseguir, es repercutir contra el cap la mayor parte de los contratos por adelantado y prorratear la menor cantidad de dinero posible. Es decir, incluir en el cap del primer año la mayor cantidad de dinero garantizado, y que no sea mediante signing bonus prorrateados, sino en forma de salario y roster bonus (que no se prorratean en caps de años futuros). Esto dará flexibilidad total al equipo, ya que le permitirá decidir sobre el jugador ante cualquier eventualidad (lesión, bajo rendimiento o problema disciplinario), sin miedo a dejar grandes cantidades de dinero muerto que lastren a la franquicia durante un tiempo. Otra forma de conseguirlo es mediante contratos de corta duración. De este modo, el dinero gastado es más probable que se correlacione con rendimiento en el terreno de juego, ya que las renovaciones se harán por cantidades garantizadas menores y sin prorratear dinero.

Imagina la diferencia entre fichar a un jugador durante 4 años y con un signing bonus equivalente a 3 años del contrato, y otro jugador, no necesariamente mucho peor, con un contrato de un año en el que todo es salario. El primero de ellos es muy probable que si se lesiona el primer año, tengas que tenerlo al menos 3 años en el equipo, aunque no juegue. El segundo, puedes decidir cortarle en cualquier momento por la razón que sea. Se trata de dos casos extremos, ya que hay muchos matices y puntos intermedios, pero creo que se entiende la diferencia.

PLAN. El proceso ideal para crear una plantilla es draftear a tus jugadores, disponer de ellos 4 ó 5 años en contrato rookie y luego renovarlos al precio que merezcan de acuerdo a la importancia en el equipo y al rendimiento demostrado en él. En ese contexto, el riesgo es mínimo, ya que se conoce al jugador, (su historial de lesiones incluído), y se sabe cómo encaja en el sistema y el rendimiento que probablemente dará en el futuro. El riesgo de esta operación es mínimo. Por contra, está la opción de pagar en la agencia libre por jugadores que seguramente se fichen para suplir a algún jugador drafteado por el equipo que fracasó. Pagar a otro que hizo bien el trabajo que se hizo mal. Y ello, con un dinero garantizado que compromete el futuro de la franquicia. Riesgo máximo.

La primera opción te permitirá controlar las renovaciones y por tanto el dinero del cap, de tal manera que es más fácil ampliar tu ventana de oportunidad de victoria. La segunda opción te acerca a esa ventana de oportunidad pero aumenta también el riesgo de dejarte hipotecado a futuro y a merced de las posibles lesiones, bajones de rendimiento, etc… Lo que también reduce en gran medida el tiempo de duración de esa ventana de tiempo para ser competitivo para ganar. Lo cual no significa que como plan a corto plazo no pueda salir bien. Esa es la excusa a la que se agarran los general managers de nivel medio o bajo y que en muchoas ocasiones toman sus decisiones bajo la presión de necesitar resultados inmediatos. Esta fórmula, rara vez tiene la recompensa más grande.

Al final, todo buen plan se basa en la estabilidad, en la previsión que permita optimizar el cap y en poder mantener en el tiempo un sistema que permita reponer regularmente la plantilla de jugadores con el mayor talento y el menor coste posibles. Para ello, es importante no dejar los números al azar y conseguir la mayor flexibilidad de forma regular, ya que el football es un deporte lleno de contratiempos que requieren de soluciones rápidas y generalmente costosas.

Volviendo a la frase de Michael Lombardi de que el football es un negocio, conceptos como estabilidad, objetivos (ventana de oportunidad), optimización de recursos (cap), establecer prioridades (fichajes iniciales), minimizar los riesgos, aumentar los beneficios, reducir el apalancamiento (dinero prorrateado) y en definitiva, seguir un plan de acción, no dejan de ser el léxico por el que se guía cualquier empresa.

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Picks compensatorios. Qué son y cómo se reparten

A finales de febrero principios de marzo, unos dos meses antes del draft, la NFL da a conocer a través de sus insiders (informadores propios) qué equipos dispondrán de rondas compensatorias en el próximo draft, y qué rondas les han sido concedidas.

¿Qué son? Las rondas compensatorias son un sistema de asignación de 32 elecciones de draft extra a las franquicias que perdieron más agentes libres no restringidos (UFA)* de los que ficharon durante la offseason del año anterior. También aplica para el caso de haber perdido agentes libres de mayor calidad que los que se fichó. Estas elecciones compensatorias son siempre concedidas entre la 3ª y la 7ª ronda dependiendo del valor asignado a cada agente libre perdido. Y ningún equipo puede ser agraciado con más de 4 rondas compensatorias.

*Un agente libre no restringido (UFA) es un jugador que termina contrato con su equipo y queda libre para fichar por cualquier equipo de la liga, ya que tiene 4 ó más años de antigüedad en la NFL. De este modo, estos agentes libres que cambian de equipo supondrán una pérdida para un equipo y un fichaje para otro. Todos esos jugadores pasarán a formar parte del listado de agentes libres que la liga cataloga como Compensatory free agents (CFA).

Para calificar para la ecuación de compensación, un jugador debe:

  • haber sido un verdadero agente libre sin restricciones. Su contrato hubo de expirar o ser anulado al final de la temporada anterior. Es decir, el jugador no califica para la ecuación de compensación si fue cortado por su antiguo equipo.
  • debe firmar durante el período de firma de la agentes libres no restringidos (UFA), que finaliza el 27 de julio. Si firma después del 10 de mayo, debe haber recibido una oferta calificada en esa fecha por su antiguo equipo.
  • su valor compensatorio o valor de contrato debe estar por encima de una cantidad mínima específica.
  • y no puede haber sido liberado permanentemente por su nuevo equipo antes de la semana 10 ó antes de obtener una cierta cantidad de tiempo de juego, a menos que otro equipo lo haya reclamado. 

Pero la regla, en su sentido más general, habla de que los jugadores sólo se convierten en agentes libres compensatorios si son capaces de dejar a su antiguo equipo en contra de la voluntad de ese equipo. Aunque existe alguna excepción.

Byron Jones, futuro agente libre en 2020. Foto: Getty Images.

Ranking de CFA’s. Estos agentes libres compensatorios son catalogados con un valor de ronda de draft en función de una fórmula basada en varios parámetros, y que tienen de más a menos importancia en función del orden en que los enumero:

  • el salario anual del jugador (APY) con su nuevo equipo.
  • tiempo de juego con su nuevo equipo (jugadas en el campo respecto al resto de la liga).
  • honores de postemporada (apariciones en la Pro Bowl, designaciones All-NFL (de primer o segundo equipo), MVP de la SB, MVP de la temporada, Jugador Ofensivo/Defensivo del año (NFL o Conferencia) y Jugador del año (NFL o Conferencia).

La fórmula exacta nunca ha sido revelada por la liga, pero la ingeniería inversa de los analistas se ha aproximado mucho a ella.

A los jugadores de esta lista se les asigna un ranking y son ordenados en base a ciertos rangos de percentiles entre todos los jugadores que han formado parte de listas de activos o de reserva al final de la temporada regular. Dependiendo de su percentil en esa lista, recibirán su valor equivalente a una ronda del draft entre la 3ª y la 7ª ronda. O dicho de otro modo, si ordenamos a todos los jugadores de la liga en una lista de acuerdo a los parámetros arriba descritos, el jugador compensatorio tendrá el valor de una ronda u otra dependiendo de cómo de arriba esté en esa lista.

Round Percentile Overall Rank*
3rd 95th (top 5%) top 90
4th 90th (top 10%) top 186
5th 85th (top 15%) top 280
6th 75th (top 25%) top 481
7th 50th (top 50%) top 962

*Ranking previsto para el corte de ronda compensatoria. En 7ª ronda el corte se hará en el pick compensatorio nº 32.

Esta catalogación se hace inicialmente de forma provisional durante toda la offseason y durante la temporada para estimar las rondas que se asignarán a esos agentes libres, y puede variar mientras haya contrataciones de agentes libres. No será hasta finales de febrero, en la offseason siguiente, cuando se establezca el valor de cada jugador y la asignación definitiva de picks de rondas compensatorias.

Pero ese valor de equivalencia a una ronda de draft sólo se convertirá en un pick real en caso de que el valor asignado a un agente libre perdido no pueda ser compensado con la adquisición de otro agente libre de valor similar o inferior.

Esto se ilustra mejor con el ejemplo del cuadro de cancelación de rondas compensatorias de un equipo, que muestra a los agentes libres perdidos (a la izquierda) y a los ganados (a la derecha):

*APY: Average Salary per year. Salario medio anual en su nuevo contrato.

Las reglas para definir qué agentes libres darán opción a picks compensatorios serán las siguientes:

  • un agente libre calificado que es fichado por un equipo cancela al jugador calificado perdido cuyo valor es el más alto en la misma ronda.
  • si no quedan jugadores perdidos en esa ronda, el jugador firmado cancela al jugador perdido cuyo valor es el siguiente más alto en una ronda más baja.
  • un jugador fichado cancelará un jugador perdido cuyo valor cae en una ronda más alta sólo si no hay jugadores perdidos restantes.
  • después de que todos los jugadores fichados hayan cancelado a un jugador perdido, el equipo puede recibir una selección compensatoria por cada jugador calificado que permanezca.

Muchos de los jugadores calificados no alcanzarán ni siquiera el valor de 7ª ronda (non-qualifying), por lo que quedarán fuera de esta lista y no otorgarán ninguna ronda de draft a los equipos que los pierden. Y algunos de los que sí fueron catalogados con valor de 7ª ronda, quedarán sin ronda compensatoria por haber 32 agentes libres con derecho a compensación con un ranking más alto ese año.

Estas son las rondas compensatorias de cara al próximo draft de acuerdo a los agentes libres de la offseason y temporada 2019:

3ª rondaPickJugador perdido
Houston Texans#97Tyran Mathieu
New England Patriots#98Trey Flowers
New York Giants#99Landon Collins
New England Patriots#100Trent Brown
Seattle Seahawks#101Earl Thomas
Pittsburgh Steelers#102Leveon Bell
Philadelphia Eagles#103Jordan Hicks
Los Ángeles Rams#104Rogger Saffold
Minnesota Vikings#105Sheldon Richardson
Baltimore Ravens#106C.J. Mosley
   
4ª ronda  
Tampa Bay Buccaneers#139Kwon Alexander
Chicago Bears#140Adrian Amos
Miami Dolphins#141Ja’Wuan James
Washingon Redskins#142Jamison Crowder
Baltimore Ravens#143John Brown
Seattle Seahawks#144Justin Coleman
Philadelphia Eagles#145Golden Tate
Philadelphia Eagles#146Jordan Hicks
   
5ª ronda  
Denver Broncos#178Billy Turner
Dallas Cowboys#179Cole Beasley
   
6ª ronda  
New England Patriots#212Malcom Brown
New England Patriots#213Cordarrelle Patterson
Seattle Seahawks#214Shamar Stephen
   
7ª ronda  
New York Giants#247Mario Edwards
Houston Texans#248Kendall Lamm
Minnesota Vikings#249Trevor Siemian
Huoston Texans#250Christian Covington
Miami Dolphins#251Brandon Bolden
Denver Broncos#252Max García
Minnesota Vikings#253Tom Compton
Denver Broncos#254Tramaine Block
New York Giants#255Josh Mauro

Para el caso en que un equipo fichara los mismos agentes libres que perdió, no tendrá rondas compensatorias, salvo el caso de que los agentes libres perdidos equivalgan a rondas notablemente superiores a las rondas de los agentes libres que adquirió. En ese caso podría ser agraciado con un pick de 7ª ronda compensatoria o ronda suplementaria, y que se haría efectivo en el draft tras todas los restantes picks compensatorios de 7ª ronda. Como si fuera una 8ª ronda del draft.

Pero estas rondas sólo se asignarán si no se llegara a otorgar los 32 picks compensatorios, y se repartirían tantos picks de este tipo hasta llegar al total de 32 picks que siempre se adjudican. 

Asignación. Estas 32 elecciones compensatorias se asignan siempre después de todas las elecciones de la ronda natural del draft, cuando ya han elegido los 32 equipos. El sistema para decidir quién elige primero dentro de los picks de compensación en una misma ronda se rige por el ranking de los agentes libres que otorgan esas rondas, es decir, elige primero el que haya perdido un agente libre de valor más alto.

Tradeables desde 2017. Estas rondas extra no se podían tradear o traspasar a otros equipos hasta 2017. Y lo que hacían habitualmente los equipos era tradear su ronda natural y elegir a su jugador con esta ronda compensatoria. Pero desde el draft de 2017, las rondas compensatorias también se pueden traspasar a otros equipos.

Prácticas habituales. Una maniobra que empieza a ser muy habitual en la liga es adquirir mediante trade a jugadores que están en su último año de contrato, para después de disfrutarlos durante un año, dejarlos ir en la agencia libre y disponer así de la ronda compensatoria pertinente el año siguiente. Los Patriots son el principal valedor y especialista en este tipo de gestiones. Principalmente porque dentro del ecosistema de un buen equipo los jugadores seguramente parezcan mejores de lo que son, y ello lleva a sobrepagarlos en la agencia libre, con el consiguiente aumento del valor de la ronda compensatoria que eso conlleva. Aunque se puede pensar que eso va contra el espíritu de la norma, que como tantas muchas otras, velan por equilibrar el nivel de los equipos. Sin embargo, a día de hoy este tipo de maniobras son aún valoradas de forma positiva como una buena gestión desde la gerencia, ya que realmente no vulneran ninguna regla.

Bill Belichick. Foto USA Today.

Mejores elecciones en rondas compensatorias. No hay que menospreciar el valor de estos picks de rondas compensatorias ya que con ellos se pueden llegar a conseguir jugadores importantes. Sirva de muestra este listado de jugadores que fueron elegidos por sus equipos durante la última década mediante picks de rondas compensatorias, aunque hay muchísimos más. He añadido alguno al final, que aunque es anterior a la última década, seguramente te resultará familiar:

Mike Daniels, DT (Green Bay Packers). 4ª ronda, pick #132, 2012. Dak Prescott, QB (Dallas Cowboys). 4ª ronda, pick #135, 2016. Kyle Jusczyk, RB (Baltimore Ravens/49ers). 4ª ronda, pick #130. 2013. Malcom Smith, LB (Sea/Raiders/49ers). 7ª ronda, pick #242, 2011. Blake Martinez, LB (Green Bay). 4ª ronda, pick #131, 2016. Quincy Enunwa, WR (NY Jets). 6ª ronda, pick #209, 2014. Ricky Wagner, T (Ravens/Lions). 5ª ronda, pick #168, 2013. Marlon Mack, RB. (Indianapolis Colts). 4ª ronda, pick #143, 2017. Tom Brady, QB. (New England Patriots). 6ª ronda, pick #199, 2000.

Todo esto y mucho más en el libro La Offseason.

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Franchise tags. Qué son, tipos y diferencias

¿Qué es? El tag es una designación que las franquicias pueden aplicar a uno de los jugadores de su roster que está en último año de contrato y se va a convertir en agente libre sin restricciones (UFA) al final de la temporada en curso.

Es un intento de los equipos por retener a uno de sus jugadores más importantes y valiosos que acaba contrato y con el que no es capaz de llegar a un acuerdo multianual. De ese modo, los equipos le colocan el tag al jugador para intentar quedárselo en su roster al menos durante el próximo año. Y lo hacen por alguna de estas razones:

  • para ganar tiempo y continuar con la negociación del contrato multianual con el jugador.
  • para evaluarlo durante una temporada más jugando para el equipo.
  • para buscar alternativas a ese jugador en la agencia libre y/o el draft.
  • para no dejarlos escapar gratis y tradearlos después de firmarle el tag.

Condiciones. El contrato del tag es siempre de un año y por una cantidad estipulada por reglamento. Ésta será completamente garantizada* para el jugador (una vez la firme) y repercutida íntegramente contra el cap de la franquicia en la temporada que comienza. El jugador sólo cobrará ese contrato si firma el tag, pero el equipo tendrá que repercutir esa cifra íntegra contra el cap de la próxima temporada en cuanto etiquete al jugador ante la liga, independientemente de que el jugador firme el contrato del tag o no.

Cuándo. Siempre 22 días antes de la fecha de final de temporada, que este año es el 16 de marzo, fecha en que expiran todos los contratos de último año, se abre el período en el que los equipos pueden etiquetar a sus jugadores con los llamados tags. Las franquicias tienen una ventana de 2 semanas para hacerlo, es decir, este año podrán etiquetar a sus jugadores franquicia entre el 21 de febrero hasta el 8 de marzo.

Opciones. Pero una cosa es que el equipo etiquete al jugador y otra diferente que el jugador acepte y firme ese contrato del tag, ya que estas etiquetas son colocadas por la franquicia sobre el jugador de manera unilateral, y sin derecho de veto por parte de este. Así que el jugador sólo tiene unas pocas alternativas si es etiquetado con el franchise tag:

  • firmar ese contrato anual del tag y jugar con él por un año. Con el riesgo que conlleva para él.
  • firmar ese contrato anual del tag y renegociar un contrato de larga duración. El cual deberá firmar como muy tarde el 15 de julio.
  • no firmarlo, quedarse sin jugar (y sin cobrar) toda la temporada, y esperar al día después de la disputa del último partido de temporada regular para volver a negociar un contrato de larga duración. No se convertirá en agente libre en el caso de no firmar el tag ya que esa temporada sin jugar no correrá en su contrato. Y tampoco contará como como temporada acumulada en la liga.
  • firmar el contrato del tag durante la disputa de la temporada, pero siempre antes del martes posterior a la disputa de la semana 10 de la temporada regular. Esta es la fecha límite para firmar el contrato del tag y poder jugar durante esa temporada. Si firmara con la temporada empezada, cobraría únicamente la parte proporcional del contrato correspondiente a las semanas de temporada que queden por disputarse, pero esa cantidad sería garantizada.

*Hay una excepción a esta regla de acuerdo al artículo 10 del convenio colectivo de 2020, que determina que esta cantidad dejaría de ser garantizada en el caso de que el jugador fallara a la hora de “establecer o mantener su excelente condición física”. Esta valoración deberá ser juzgada por una parte neutral en los 20 días posteriores a la rescisión del contrato.

Los jugadores disconformes con que se les etiquete, cuando deciden firmarlo, suelen hacerlo en las últimas fechas de pretemporada, ya que éste obliga al jugador a acudir a todas las actividades obligatorias de la pretemporada y a acudir al training camp.

Foto Davante Adams. Green Bay Packers
Davante Adams (Packers) es candidato a ser taggeado este año. Foto: USA Today

Tipos de tag. Una vez definido lo que es etiquetar o taguear a un jugador, vamos con los tipos de etiquetas o tags. Son básicamente 3; el exclusive franchise tag, el non-exclusive franchise tag y el transition tag.

Veámoslos en detalle: 

Exclusive rights franchise tag. La primera designación es la etiqueta de jugador franquicia con derechos exclusivos. Es una opción de contrato de un año por una cantidad garantizada de la cantidad que sea mayor entre:

  • el promedio de los 5 salarios más altos en la posición del jugador.
  • el 120% de su salario anterior.

Eso limitará al jugador, que en el caso de recibir esta etiqueta, no podrá negociar ni firmar con ningún otro equipo porque sus derechos seguirán siendo del equipo que le etiqueta. Así que o firma ese contrato de un año, o llega a un acuerdo multianual con su equipo. En caso contrario, el próximo año no podrá jugar, ni cobrar.

Non-exclusive rights franchise tag. La etiqueta de jugador franquicia sin derechos exclusivos es la más habitual y la más conocida. Cuando leas en las noticias acerca del “franchise tag”, se refieren casi siempre a esta. Se trata de una opción de contrato de un año por la cantidad garantizada de la mayor de estas cantidades:

  • el promedio de los 5 salarios más altos en la posición del jugador.
  • el 120% de su salario anterior.

Esta etiqueta permite al jugador negociar con otros equipos en busca de un contrato multianual, pero su equipo actual tendrá derecho a igualar dicha oferta. En caso de que el equipo actual no iguale la oferta o, cuando existan dos ofertas iguales, el jugador decida firmar con el nuevo equipo en lugar del actual, la nueva franquicia tendrá que dar a la antigua 2 picks de 1ª ronda en compensación. Y estos 2 picks deberán ser los originales de la franquicia o picks mejores. No es posible traspasar tu pick original por uno inferior e incluirlo en este concepto, para minimizar el coste de la operación.

Transition tag. La etiqueta de transición es una opción de contrato de un año por una cantidad garantizada del promedio de los 10 salarios más altos en la posición del jugador.

Esta etiqueta también permite al jugador negociar con el resto de franquicias en busca de un contrato multianual, y a la franquicia que le etiqueta el derecho de igualar la oferta que reciba. Pero en caso de no igualarla, esta no tendrá derecho a recibir ningún pick de la nueva franquicia en compensación. Sí recibirá el pick compensatorio de la liga al año siguiente, en caso de que le correspondiera según la tabla de compensación del equipo por el desfase entre la adquisición y pérdida de agentes libres durante esa temporada. Luego lo veremos.

Tanto en el non-exclusive franchise tag como en el transition tag, si el equipo que etiqueta al jugador iguala la oferta que recibe de otra franquicia, no existirá renegociación por parte del otro equipo, y el jugador estará obligado a firmar esa oferta de su equipo. En caso contrario, la siguiente temporada no podrá jugar ni cobrar.

Aquí tienes una estimación de las cantidades por las que habrá que etiquetar a un jugador este año 2022 en el caso de que el cap alcance su máximo projectado de $208.5M. Aplica tanto si la etiqueta de jugador franquicia es con o sin derechos exclusivos) y también para el transition tag:

Position                Franchise tag   

Quarterbacks:            $28.598.000
Running backs:     $12.536.000
Wide receivers:         $19.127.000
Tight ends:              $10.834.000
Offensive linemen: $16.698.000
Defensive ends:         $20. 186.000
Defensive tackles:     $16.888.000
Linebackers:               $17.417.000
Cornerbacks:             $17.295.000
Safeties:                       $13.544.000
Kickers/Punters:       $5.469.000

Posición Transition tag

Quarterbacks:          $25.651.000
Running backs:     $10.148.000
Wide receivers:       $16.740.000
Tight ends:          $9.332.000
Offensive linemen: $14.997.000
Defensive ends:        $16.623.000
Defensive tackles:    $13.596.000
Linebackers:             $14.882.000
Cornerbacks:            $14.904.000
Safeties:                   $11.265.000
Kickers/Punters:       $4.980.000

Hay que partir de la base que ni franquicia ni jugador son partidarios del uso del tag. Unos porque prefieren atar a este tipo de jugador de calidad por varios años, y otros, porque los contratos multianuales le reportan a los jugadores cantidades garantizadas, generalmente superiores que la que percibirán por un año de contrato con el tag. Por ello, se dan ciertas circunstancias alrededor del tag.

Orlando Brown será probablemente taggeado por los Chiefs. Fuente: USA Today

Tradeable. Un jugador sobre el que se ha colocado un tag es tradeable y sólo requiere del acuerdo entre las franquicias, no hay reglas que cumplir al respecto. Pero el sentido común dice que la franquicia que adquiere al jugador debe tener claro que será capaz de convencer al jugador para firmar el tag o llegar a un acuerdo multianual con él. De no ser así, se arriesga a un posible holdout o huelga del jugador (al negarse a firmar el tag y a jugar) o a tener que dejarlo marchar a la agencia libre después de haber pagado por él en el traspaso.

Sólo un tag al año. Tanto si se ha retirado el tag para dejar marchar al jugador como si se ha retirado para firmar un contrato multianual con el jugador, si se retira la etiqueta antes del vencimiento de la fecha para etiquetar jugadores no es posible volver a colocar la etiqueta a otro jugador. Tan sólo se puede etiquetar a un jugador al año y sólo con un tipo de tag. El actual convenio colectivo únicamente establece una excepción a esta norma en su último año de vigencia (2030), cuando pueden ser usados ambos, tanto el franchise tag como el transition tag.

Múltiples franchise tags sobre un jugador. Un jugador sólo puede ser etiquetado hasta un máximo de 3 veces a lo largo de su carrera, independientemente de si esos 3 tags son en años consecutivos o no y de si le etiqueta el mismo equipo o varios diferentes. Y en cada ocasión el tag colocado puede ser diferente, no necesariamente el mismo.

Costes. Dependiendo del orden de tag de que se trate, la cantidad establecida para ese contrato será la mayor de entre varias cantidades. Para el caso del franchise tag con derechos exclusivos las cantidades serán las siguientes:

Primer tag. La cantidad más grande entre:

  • el promedio de los 5 salarios más grandes en la posición del jugador.
  • el 120% del salario anterior del jugador.

Segundo tag.

  • el 120% del salario anterior del jugador.

Tercer tag. La cantidad más grande entre:

  • el 144% de su salario anterior.
  • el valor del tag de la posición mejor pagada de esa temporada, que suele ser la de quarterback.

De cara a establecer qué cifra le corresponde percibir al jugador según el caso, lo que se tendría en cuenta es la cantidad de tags que se le han colocado al jugador, no si los ha firmado o no.

Nunca se ha llegado a dar el caso de un tercer tag para el mismo jugador, pero para el caso de Le’veon Bell, la NFL y los Steelers acordaron que el segundo tag (que no fue firmado por Bell) no se arrastraría al tercer año como se llegó a especular en los medios de comunicación. Lo que nunca se definió, por tratarse de un caso sin precedentes, fue si el tercer tag hubiera sido el transition tag, este hubiera sido aplicado bajo las cantidades del primer tansition tag u otras diferentes más acordes a un tercer franchise tag.

Retirar el tag. Otra consideración importante es que el tag se puede anular o retirar, siempre y cuando el jugador no haya firmado ese contrato del tag. En el caso de que a un jugador se le retire el tag por no haber llegado a un acuerdo con él, éste se convertirá automáticamente en agente libre sin restricciones, y podrá negociar y firmar un nuevo contrato con cualquier franquicia en las condiciones que desee. También se puede retirar porque se haya llegado a un acuerdo con el jugador y se firme otro contrato diferente al del tag.

Pero esta norma le da una ligera ventaja a la franquicia, que podría retirarle el tag al jugador hasta incluso pasada la agencia libre si este no lo firma. En ese período de tiempo su equipo podría haberle encontrado sustituto, y el resto de franquicias podría tener ya perfilado todo su roster y/o tener su cap reducido de forma significativa. Todo lo cual minimiza las opciones del jugador de negociar un buen contrato multianual, algo que sí podría haber hecho durante el período de la agencia libre anterior al draft en caso de no haber sido etiquetado. De ahí que el momento óptimo para firmar el tag (cuando se tiene intención de hacerlo) suele ser durante las últimas semanas de la agencia libre, y siempre antes del draft (finales de marzo, principios de abril).

A día de hoy, las negociaciones entre las franquicias y sus jugadores estrella para llegar a un acuerdo multianual (recuerda, debe firmarse como fecha límite el 15 de julio), suelen ser tremendamente complicadas porque las pretensiones de ese tipo de jugadores son siempre altísimas. La teoría es que los tags son una herramienta de las franquicias para ganar tiempo en esa negociación, ya que la etiqueta evita que el jugador quede libre al finalizar la temporada y salga a la agencia libre.

Pero la realidad es que los tags son un privilegio que los propietarios de la liga le sacaron a los jugadores en la negociación del convenio colectivo de 2011, y que las franquicias usan para forzar la negociación con el jugador, ya que de este modo es obligado a negociar sólo con su actual equipo.

Lee más sobre los franchise tags y todo lo que sucede en la offseason de la NFL en en libro LA OFFSEASON.