A apenas un sólo día de la fecha límite para colocar los tags (mañana martes 16:00 e.t. en USA, 22:00 h.e.), las negociaciones por Daniel Jones se intensificaron en los últimos días de la Combine, y varios insiders del equipo de diferentes medios podrían haberse acercado a las verdaderas cifras de esta negociación. Sentaos si tenéis una silla o un sofá cerca, es más que recomendable.
Lo que pareció un rumor infundado de Mike Florio (ProFootballTalk) acerca de que Daniel Jones podría estar pidiendo en torno a $45M por temporada para su próximo contrato, empieza a verse corto, ya que la cifra demanda inicialmente por el QB parece que estaría oscilando entre los $47/48M de promedio anual. Luego explicaré por qué esta cantidad podría tener sentido como petición, aunque muchos podamos pensar que no lo tendría para los Giants. Según Albert Breer (Sports Illustrated) el rango en que se estaría moviendo la oferta del equipo estaría entre los $35M y los $39M.
Si bien es cierto que Joe Schoen, general manager de los Giants, ha dicho que la brecha entre una y otra parte aún es grande, parece que no es descartable que se pueda cerrar el trato en una cifra ligeramente por encima de los $40M.
Decía que las pretensiones del jugador podrían tener sentido por cuanto que la referencia para establecer su coste en el mercado puede ser perfectamente el contrato de Kyler Murray. Las negociaciones de este tipo suelen tomar como referente contratos de jugadores similares firmados recientemente. En el caso del QB de Arizona, al que le quedaban aún 2 años de su contrato rookie, este firmó la pasada offseason una extensión de $46M de promedio con más de 2 años completamente garantizados a la firma, y con otros 2 años que se garantizan también durante el transcurso del inicio de su contrato. Además, los impuestos en NY son de los más altos del país, por lo que una oferta allí no es equiparable a una similar en otros estados como Nevada (Las Vegas), Carolina (Panthers) o Florida (Tampa Bay).
Otra razón que puede ayudar a entender la cifra es la progresiva subida del cap durante los próximos años debido al nuevo contrato de la NFL con las televisiones, que puede colocar por encima de los $250M el cap en 2024 y seguir aumentando en $25M en cada uno de los siguientes años del actual convenio colectivo. Esto reduce porcentualmente el impacto en el límite salarial de un acuerdo en el presente aparentemente tan elevado, como parecen los $40M anuales en los que podría cerrarse el acuerdo. Ello supondría un 17,7% del cap de los Giants en 2023, y un 16%, 14,5% y 13,3% en los 3 años siguientes. Si tenemos en cuenta que los $46M de Kyler Murray habrían supuesto el 22,09% del cap de 2022 cuando firmó su acuerdo, las cifras tienen algo de lógica. Supongo.

Pero a pesar de todo ello, no puedo encontrar razones por las que un fan de los Giants pueda encontrarse cómodo con un trato como este, tanto para el corto, como para el largo plazo. Daniel Jones sólo ha demostrado una buena temporada (y subrayo lo de sólo “buena”), y la única explicación para no usar el franchise tag ($32.4M) el próximo martes es que Brian Daboll, quien tiene la primera palabra en esto, está completamente seguro de que puede convertir a Daniel Jones en un QB de segundo nivel (como mínimo), y quizá élite. Aunque la duda subyacente de su trabajo con Josh Allen y Daniel Jones es si realmente les ha desarrollado o simplemente optimizado su juego de acuerdo a sus virtudes, ya que la regresión de Allen en su ausencia ha sido evidente.
Como el mercado puede estar estableciendo unas cifras astronómicas para un acuerdo multianual de Daniel Jones, yo no puedo evitar preguntarme ¿cuánto vale realmente el aún QB de los Giants? Según a quién preguntes dentro de la fanbase o de la prensa de Nueva York la cantidad variará, al igual que el dinero garantizado y la duración del contrato. Es normal, ya que se trata de valor, de cuan bueno nos parece subjetivamente a cada uno, de cómo le hemos visto este año, y de cómo le vemos en el futuro. Y ahí radica gran parte de la división de opiniones.
Los fans de Giants somos una fauna muy variopinta. Los hay que nos preocupamos por la economía del equipo, los hay que se preocupan de los jugadores que visten la camiseta y los hay que se preocupan de disfrutar cada domingo de temporada sin mirar mucho más allá. Aunque en la NFL actual, estas 3 cosas empiezan a estar reñidas, todos buscamos el éxito del equipo en el futuro a nuestra manera. Eso ha generado numerosas narrativas, que en función de los datos, pueden ser discutibles en base a diferentes razonamientos. Vamos una a una con ellas.
Daniel Jones ha mejorado esta última temporada.
Hace un par de semenas, Warren Sharp, quizá el mejor analista estadístico de la NFL, publicó en FOX Sports un artículo en el que aportaba los datos para argumentar que Daniel Jones no sólo no había mejorado en su juego de pase respecto a la temporada 2021, sino que había empeorado ligeramente. Sus argumentos con los números en la mano, fueron que Daniel Jones había desempeñado mejor gracias al sistema de Brian Daboll y a un eficiente juego de carrera. Esto le habría ayudado a llegar más frecuentemente a la redzone y, en ella, convertir 15 TD gracias a pases de corto yardaje y poco riesgo. De la misma manera, ese juego terrestre eficiente le habría ayudado a jugar situaciones de carrera para convertir sus otros 7 TDs de este año. 22 TDs totales que son el principal argumento de una parte de la base de aficionados para ofrecerle al QB una jugosa extensión de contrato esta offseason.
Daniel Jones seguirá mejorando con Daboll. Los Giants pueden ganar en el medio-largo plazo con él.
La otra parte del argumento de Warren Sharp es que es posible predecir la producción futura de un jugador respecto a sus datos actuales. Su conclusión es que las estadísticas de Daniel Jones fuera de la redzone son las realmente ilustrativas para valorar su probable progresión o no en los próximos años, esos por los que se paga una lucrativa extensión de contrato.
Los datos no son halagüeños para Daniel Jones en este aspecto, ya que el QB produjo unos números inferiores en estadísticas como EPA por intento de pase, pases en 1er down (45.1%, la más baja de su carrera), porcentaje de pases completados en 3er down (56%, también la más baja de su carrera), y misma tasa de pases completados reduciendo casi en 1 yarda la profundidad de sus targets (de 7.6 a 6.7), y en 2 yardas en sus 3ºs intentos (de 9.1 a 7.1).

Daniel Jones fue 44º QB en porcentaje de lanzamientos más allá de la línea de 1er down (sólo 37%), 40º en yardas por intento (6.0), 41º en profundidad de target (7.1), 39º en tasa de completados (56%), 33º en conversión de 1ºs downs (31%) y 26º en EPA por intento (-0.16). Jones estuvo entre los 10 peores QBs en estadísticas de pase en 1ºs, 3ºs y 4ºs downs.
Los números globales de Daniel Jones se han visto endulzados por las carreras diseñadas y sus scrambles por tierra, donde sí ha sido mucho mejor que años anteriores, lo que ha ayudado a los Giants a pasar de ser el peor ataque de la liga al 7º en TDs anotados.
Puedes consultar el artículo completo de Warren Sharp aquí.
Una de las ventajas de Daniel Jones este año ha sido poder jugar mucho play action gracias a un gran juego de carrera y a la intimidación de Saquon Barkley desde el backfield. Con un gran contrato en su bolsillo, esa gran ventaja será más difícil de replicar, y sus pases de mínimo riesgo en la redzone, así como otras ventajas del sistema que ha jugado este año, probablemente no serán suficientes.
De la misma manera, Juan Jiménez (@TheQBnerd), en nuestro podcast de Plaza Gigante (@PlazaGigante) de la semana pasada, nos enseñó que su producción con las piernas de este año es difícilmente replicable y prolongable en el tiempo. “Los equipos te estudian y aprenden” nos dijo, y ya no será tan fácil sorprender.
Es cierto que Daniel Jones ha mejorado mucho en la protección del balón, reduciendo a 5 sus interceptaciones (o intercepciones, como refieras), pero la realidad es que dispuso de un tiempo para el pase promedio dentro del pocket (2.5”), y sus pases fueron en gran medida checkdowns y pases de menos de 20 yardas, a excepción de 22 pases más allá de esa distancia en toda la temporada. ¡¡22 pases de más de 20 yardas en toda la temporada!!!

Por si fuera poco, los Giants fueron uno de los 3 equipos clasificados para playoff que no estuvieron entre los más agresivos en 1er y 2º down, una premisa que parece se está volviendo obligatoria para competir por la postemporada en los últimos años. Así que quizá es mucho presuponer que el QB puede mejorar sus estadísticas de pase en el futuro.
Si no se lo pagan los Giants, otro lo hará. Es el mercado.
Bueno, esto parece un argumento muy subjetivo a día de hoy, viendo las cifras que se están manejando. Y podemos intuir más cosas en función de los datos y de las cifras del cap. Vamos allá.
El mercado de Daniel Jones parte de aquellos equipos que podrían necesitar QB y que pudieran pagar ese contrato que algunos afirman que otros le darán. Así que eso excluye a Saints, Buccaneers y Ravens, si traspasan a Lamar. Eso nos deja con un puñado de equipos con un pick de la primera mitad del draft ante una camada de buenos QBs en el próximo draft: Texans (#2), Colts (#4), Seahawks (#5), Raiders (#7), Falcons (#8), Panthers (#9), Titans (#11), Jets (#13) y Commanders (#16).
Houston e Indianápolis parece evidente que usarán sus picks para reclutar a su QB (y me atrevería a decir que Titans también, si se deshacen de Tannehill). Seguramente aprovecharán la gran ventaja de tener un contrato rookie en la posición durante 4 años, en lugar de pagar los +$40M que les costaría Daniel. Los Colts no van a replicar por cuarta vez el error de sus tres últimas temporadas. Seattle buscará a Geno Smith en un coste más bajo, si es que no van al draft. Y Raiders, Falcons y Jets muy probablemente buscarán opciones más seguras y con talento contrastado por un coste sólo ligeramente superior. No hay que olvidar que además de Derek Carr y Jimmy Garoppolo (que me encaja en Jets o Raiders por su pasado y su probable bajo coste), Rodgers, Lamar y Tannehill probablemente estarán también en el mercado.
Todo ello, reduce en mi opinión el mercado de Daniel Jones a 2 equipos: Washington y Carolina. Pero los de la capital acaban de hacerse con los servicios de Eric Bienemy (ex OC de Chiefs), que ha dado un salto lateral para demostrarle al mundo que puede hacer lo que ha hecho en KC en otro lado sin Mahomes y Reid. Así que no parece que buscar un QB veterano de alto coste y probado durante un único año pueda ser la mejor opción. El draft será muy probablemente su respuesta. Así que todos los caminos me llevan a Carolina, de donde es originario Daniel Jones. Pero la pregunta obligada es si un mercado de un solo equipo es suficiente para inflar tanto su coste. Porque es su coste lo que se puede inflar y no su valor. Me explico.
Los defensores de este argumento confunden a menudo el valor y el coste. Y esto es importante porque una cosa es cómo ven a Daniel Jones los demás equipos (o los propios Giants), así como su posible rendimiento futuro, es decir, su valor. Y otra diferente es lo que un mercado competitivo puede disparar el precio del QB en él, es decir, el coste, que parece que es a lo que se refieren cuando afirman que “si no se lo pagan los Giants, otro se lo pagará”.

Si ese es el caso, parece obvio que si tienes un activo que puede disparar su coste por encima de su valor (y el tag permite hablar de posesión por parte de los Giants), lo óptimo parece venderlo en lugar de sobre pagarlo. Así que yo no tengo nada claro que en el hipotético caso de que Nueva York no llegara a un acuerdo multianual antes del martes a las 16:00 E.T., Daniel Jones no estuviera de vuelta con unas pretensiones algo inferiores. De la misma manera que tendría claro que si alguien le paga por encima de su valor, los Giants no deberían lamentar dejarle ir.
Mejor firmarle un contrato multianual ahora porque luego nos costará más.
Entiendo el fundamento de esta narrativa, y estoy completamente de acuerdo con ella. Pero creo que no aplica a Daniel Jones y sí a otros jugadores del roster que ya están contrastados, como Andrew Thomas y Dexter Lawrence (quizá también Xavier McKinney). Pagar de forma anticipada un gran contrato por juadores que sabes que querrás tener en el equipo durante muchos años es casi siempre una política de gasto óptima.
El problema aquí es creer que Daniel Jones está en ese punto sólo por su pasada teporada. Dexter Lawrence fue All Pro, y Andrew Thomas apuntó a serlo durante la primera mitad de la regular season, terminó siendo pro bowler. Daniel Jones no ha pasado de tener números promedio y, como comentamos al principio, su influencia en el juego y en las victorias del equipo son discutibles.
Por ello, estoy de acuerdo en sacar la ventaja de extender a largo plazo a jugadores que son el núcleo del equipo, antes de que terminen su contrato de novato, lo que ahorrará aún más dinero en su nuevo acuerdo con los Giants. Pero no tanto en asumir que Daniel Jones está ya en ese punto y en convertir en un aparente ahorro lo que en realidad es el riesgo más grande en el que puede incurrir el equipo. Me parecería una temeridad de hecho.
Como pide mucho, pongámosle el tag y probémosle un año más.
El tag no exclusivo ($32.4M en 2023) abre la puerta a que alguien puje por el jugador durante la semana previa a la agencia libre, pero dudo mucho que nadie pague las pretensiones de Daniel y las 2 primeras rondas que desbloquean el tag. Tengo la sensación de que en el resto de la liga no le ven como en casa. Si NY le pone el tag por no poder llegar a un acuerdo de larga duración con él, cualquier general manager de la liga sabría que los Giants estarían casi obligados a vender por debajo de ese capital de draft ahora, ya que retenerlo un año más perdería sentido en caso de que mostrara una mejora en su juego. El año próximo renovarle no le saldría más barato. Así que todo lo que esté por encima de una 2ª ronda es ganar sobre el pick compensatorio que recibirían los Giants por dejarle ir libre.
¿Por qué no probarle? Porque es tremendamente arriesgado probar a cambio de un coste tan alto. Sólo pagas si estás completamente seguro, como en cualquier suscripción que contratas tras disfrutar del periodo de prueba. Y por coste alto no me refiero solamente al impacto de su contrato en el límite salarial del equipo, me refiero al coste de no poder renovar cuanto antes a jugadores como Andrew Thomas, Dexter Lawrence o Xavier McKinney, lo que podría reportarles un importante ahorro en sus contratos por hacerlo antes de que expiren los de rookie actuales. Tanto Eagles como Chiefs nos han demostrado este año que necesitas optimizar el uso del cap con algunos de tus mejores jugadores cobrando por debajo de mercado.
Si los Giants le rodean de mejores jugadores, Daniel Jones crecerá como jugador.
Este argumento parte de una mera suposición. Pero lo que es más fácilmente imaginable es que será más difícil rodearle de mejores jugadores si el QB se lleva más del 17% del cap del equipo. Esa mejora de la plantilla deberá llegar a través de jugadores sin experiencia en el draft o a través de jugadores a bajo coste en la agencia libre, cuando los grandes atunes del mar ya habrán sido pescados.
El refuerzo a este argumento es que Joe Schoen es un gran reclutador de talento, y Brian Daboll un entrenador capaz de sacar lo mejor de sus jugadores, por lo que esta teoría podría parecer más sólida. Pero yo me pregunto si esa misma reflexión no podría hacerse también reclutando a un QB del draft, con el consiguiente ahorro millonario que supone un contrato rookie en la posición más cara a la hora de reforzar el roster. Lo que hicieron en Buffalo con Josh Allen en su segunda offseason vamos.

La sensación es que una parte de la afición sea ha enamorado del jugador, del nombre, por lo mucho que, al parecer, se le ha maltratado con entrenadores y compañeros de dudosa capacitación. Pero que en el caso de juzgar la situación en otro equipo, sin esa vinculación emocional, probablemente reprobarían. Llamémosle por ejemplo Geno o Marcus, que han tenido números similares la pasada teporada.
Sea como fuere, lo lógico es que el jugador destinado a ganar el gran contrato debería ser el que hiciera mejores a los demás y no a la inversa, como hemos visto hacer a Patrick Mahomes recientemente, quien rompió la norma de ganar la Superbowl con menos del 13% del cap del equipo. Mahomes hizo mejores a los demás, y su GM y su entrenador encajaron en el sistema a multitud de jugadores rookies y veteranos de bajo coste.
Pero cuesta metabolizar esta narrativa y que Daniel Jones replicará este modelo exitoso cuando después de lanzar 15 TD de pase (y hacer 7 de carrera), además está demandando una cifra tan elevada que compromete la construcción del resto del equipo. Ya hemos visto con Prescott, Russell Wilson o Rodgers como termina eso. Son los QBs talentosos dispuestos a perdonar dinero los que realmente pueden proyectar al resto del equipo. Lo otro no son más que banderas rojas a futuro, generalmente próximo.
Paga al chico, el dinero no es nuestro.
Se la escuchamos a Bob Papa, narrador de los partidos de Giants. Pero esta es una verdad a medias. Hay gente que paga para ir a ver los partidos al estadio, y los demás invertimos tiempo y pasión. Así que poner en el campo un mal producto lo hace una mala inversión para los aficionados, en dinero y muchas otras cosas. El coste de oportunidad de nuestro ocio y nuestras emociones es altísimo. Nosotros no pagamos los contratos de los jugadores, pero invertimos muchos de nuestros recursos en ellos. Eso debería ser suficiente para pensar que lo que le pagues a Daniel importa.
Así que, en definitiva, ¿Cuanto vale Daniel Jones?
Vale lo que Schoen y Daboll crean que va a rendir en los próximos dos años (porque no deberían garantizar mucho más allá de eso). Vale lo que crean que les acercará a la Superbowl en el corto-medio plazo. Vale lo que crean que mejorará a sus compañeros. Y vale lo que ellos creen en lo que se convertirá en un futuro próximo.
Porque el coste ya estamos viendo que parece que será lo que un mercado hipotético le pagará. Y si ese coste es realmente superior a lo que Schoen y Daboll le valoran, lo óptimo es venderlo para acumular la plusvalía en capital de draft y en cap, y poder así seguir mejorando el equipo. En caso contrario, los Giants podrían estar imaginando un mercado que no existe, y sobre pagando por lo que su propietario lleva creyendo durante varios años que es una versión moderna y rejuvenecida de Eli Manning.

La posición y el coste de un QB no es algo en lo que se pueda dudar. Se quiere o no se quiere. Y quererlo es pagarle +$50M de promedio y hacerlo sin miedo a equivocarte porque crees que lo vale por ser élite y porque valdrá más en el futuro. Y también por saber que el chico además está dispuesto a ceder para ganar campeonatos. Si estás racaneando millones porque el jugador quiere sacarte las entrañas en la negociación, entonces estás comprando un problema. Y los Giants han comprado casi todos los problemas imaginables desde la última Superbowl. En mi opinión, ha llegado la hora para los Big Blue de ser valientes y buscar su propio QB élite. Nadie dice que sea fácil, pero la identidad de uno se define por aquello que ambicionas y aquello con lo que te conformas. Así que creo que los Giants no deberían conformarse con lo que las estadísticas dicen que es un QB promedio, y probablemente, una copia mediocre de Eli Manning.