Categorías
Agencia Libre Articulos Pre Draft Pre Season

La enfermedad del yo

Cualquiera que tenga hijos (en plural) sabe que los niños tienen un concepto de igualdad muy claro a la par que comparativo, “si mi hermano consigue algo de papá o mamá, yo quiero como mínimo, lo mismo”. No es más ni menos que el deseo de sentirse igualmente valorado que su hermano por parte sus padres. Está en nuestra naturaleza humana. Otra cosa es si su hermano ha sacado mejores notas o ha recogido su habitación y él no, en cuyo caso puede llegar a comprender que el premio por hacerlo sea una contraprestación superior a la suya. Pero debe ser algo claro que su mente pueda medir con un patrón previamente establecido y asimilado. Todo lo que no sea eso, puede romper el equilibrio familiar, a todos los niveles, no sólo en la relación entre hermanos. De ese sentimiento de menosprecio se derivan muchos de los problemas de edades tempranas que trata la psicología infantil.

Esta semana, en ex Genenal Manager y analista NFL Michael Lombardi (@mlombardiNFL), comentó en su podcast GM Shuffle que los Giants podrían estar empezando a manifestar lo que se conoce como ‘la enfermedad del yo’, y que en caso de que el entrenador Brian Daboll no supiera manejarlo correctamente podría pasarles factura de una forma importante esta misma temporada. Lombardi se refería al trato diferente que están recibiendo Saquon Barkley y Dexter Lawrence respecto a Daniel Jones en lo referente a las negociaciones de sus nuevos contratos. Mientras que el quarterback ya recibió una más que lucrativa extensión de contrato, el running back y el defensive tackle aún se encuentran inmersos en sendas negociaciones con la suya.   

El concepto de la enfermedad del yo fue acuñado hace muchos años por el legendario entrenador de Los Ángeles Lakers y los Miami Heat, Pat Riley, quien hubo de lidiar en su carrera con multitud de estrellas del mundo del baloncesto. En su libro The winner within (el ganador por dentro) detalló hasta siete síntomas o señales de peligro que dejan entrever un problema de vestuario que podrían hacerlo añicos en cualquier si no se abordan a tiempo:

  • Inexperiencia a la hora de lidiar con el éxito repentino. Juzgar el éxito como propio en lugar de valorar el trabajo de los compañeros que te ayudaron.
  • Sensación crónica de infra valoración, por no tener el reconocimiento o atención por el éxito del equipo.
  • Paranoia de sentirse engañado respecto a la compensación que te pertenece. En lugar de celebrar el éxito, poner el foco en no estar recibiendo la parte que te corresponde como compensación financiera y en quién sí la está recibiendo en tu lugar.
  • Resentimiento contra la competencia de tus compañeros. En lugar de celebrar el talento de tus compañeros, recelar de sus habilidades.
  • Esfuerzo personal realizado únicamente para eclipsar a un compañero. Tu superación personal responde a vencer a tu compañero y no a tu rival.
  • Vacío de liderazgo resultante de la creación de grupos y rivalidades internas. En lugar de un líder que cohesione a todo el grupo, surgen varios clanes dentro del mismo que compiten internamente.
  • Sentimiento de frustración incluso cuando el equipo tiene éxito. No celebra el éxito colectivo a menos que obtenga notoriedad, compensación, crédito u oportunidades futuras adicionales.  

Lombardi comentó que ve señales de cada una de ellas en los Giants de esta offseason a consecuencia del contrato que estos le firmaron a Daniel Jones, y la masa social del equipo se le echó encima esgrimiendo que la relación entre el running back y el quarterback era inmejorable ya que habían estado entrenando junto con otros compañeros de equipo días atrás en Arizona de forma voluntaria. Qué cómo puede saber él cómo es el vestuario de los Giants por dentro.

La cuestión aquí va mucho más allá de la relación que puedan tener Saquon Barkley y Daniel Jones a día de hoy, incluso con Darius Slayton, quien también consiguió su contrato y ayudó a dejar al equipo con un ínfimo balance de $2M de espacio en su cap. Aún no se trata de ellos, sino de la relación que los jugadores sin firmar tienen con el equipo, con quien les trató de forma diferente ante un éxito colectivo repentino. Éxito del que podrían sentirse perfectamente más artífices Dexter Lawrence y Saquon Barkley respecto a Daniel Jones, a juzgar por las estadísticas de estos dos en sus posiciones respecto a las de Daniel Jones. A la par que por el protagonismo de estos dentro del esquema del equipo.

Según el ex jugador y analista de NFL Network y FOX Sports, Bucky Brooks (@BuckyBrooks), “el vestuario sabe si Daniel Jones es especial o no. El juego reconoce el juego, y cuando la franquicia sobre paga por un manager+, es difícil que los demás se conformen con un salario menor”. De la misma manera que dos hermanos nunca aceptarán ser tratados de forma diferente por aquel ante quien responden y de quien persiguen ser valorados iguales.  

Según Pat Riley, “la enfermedad del yo sólo se supera con el liderazgo de quien se sacrifica por el equipo, quien deja algo propio del presente para conseguir algo mayor en el futuro.” Hemos visto que Patrick Mahomes, Josh Allen y recientemente Jalen Hurts firmaron extensiones de contrato team friedly para permitir que sus equipos siguieran compitiendo. Sin embargo, Daniel Jones comenzó pidiendo $48M por temporada y terminó consiguiendo un contrato que le garantiza $41M durante cada una de las 2 próximas temporadas. Esto ha mermado considerablemente las posibilidades de alcanzar sus aspiraciones a quienes le han ayudado a conseguir el éxito que le posibilitó ese contrato. Y ha puesto en entredicho tanto el liderazgo de Daniel Jones como la cultura del equipo ante los ojos de otros que se consideran también una parte muy importante de ese éxito.

A raíz de las palabras de Joe Schoen en su rueda de prensa pre draft, las situaciones de Saquon y Dexter son bien diferentes. Por un lado, Saquon, quien rechazó sendas ofertas antes de la llegada de la agencia libre entre $12M y $13M por temporada, pero probablemente con un dinero garantizado muy inferior al que considera que debe optar, se ha visto relegado a jugar con el franchise tag ($10,1M) que sólo le garantiza la próxima temporada. El equipo ya ha dicho que está muy cómodo reteniéndole con la etiqueta, con la excusa de que el mercado de RB no ha sido el esperado. El problema subyacente de este asunto es que Daniel Jones nunca fue sometido al mercado, por lo que Saquon tiene todo el derecho a sentirse engañado. Los Giants debieron exponer a Daniel al escrutinio del mercado (o a valorarlo de acuerdo a él) si ahora querían validar ese formato para calcular las extensiones de otros jugadores del equipo.

Los $10M del franchise tag, en un running back que está probablemente ante el momento crucial para firmar el único gran contrato de su carrera, y después de una temporada de más de 1600 yardas y 10 touchdowns, son un claro menosprecio por parte del equipo cuando además de él, el vestuario y la fanbase probablemente sepan que sin él en el backfield Daniel Jones y los Giants no habrían logrado la temporada que hicieron.

Al no firmar el tag, Barkley está diciendo claramente que se siente infravalorado, que se considera tanto o más valioso que Daniel Jones y que se siente engañado porque los Giants le están negando una parte que él cree que le corresponde del dinero que sí ha conseguido el quarterback. Todos ellos son claros síntomas de la enfermedad del yo a la que aludía Lombardi, y que aún no tienen por qué traducirse en un cambio en el comportamiento frente a sus compañeros ni frente a Daniel Jones. Porque es el equipo quien le menosprecia ahora, y porque faltan aún 3 meses para negociar y conseguir su parte del pastel. Pero llegado el training camp, si Saquon se ve obligado a jugar bajo el tag, y con el riego de lesión que conlleva jugar en su posición (y más él con dos cirugías), no tardará en aflorar la sensación de pérdida de liderazgo de Daniel Jones ante los ojos de Barkley, sobre todo si el quarterback no juega de acuerdo a los $41M que cobrará. Y no es difícil imaginar las consecuencias que eso podría traer para el equipo.

En el caso de Dexter su dinero no está en peligro, pero sí la cultura que Daboll implantó la pasada temporada. El mensaje que le mandó a Dexter el contrato de Daniel Jones es que los líderes del equipo no debían hacer ningún sacrificio para beneficio del grupo, y que los Giants cogerían del futuro el dinero que hiciera falta para pagar a sus estrellas. Dinero que hará mucha falta para abrir una ventana de oportunidad si quieren ser contenders a corto plazo. Por el valor posicional de Joe Schoen considera, y que la liga ha empezado a valorar de forma especial, el defensive tackle con rush interior es ya una de las 6 posiciones premium de la NFL, y los recientes contratos de Daron Payne ($22.5M al año) y Jeffery Simmons ($23.5M al año) ya se habrán convertido a buen seguro en el suelo de la negociación de los agentes de Dexter y Schoen. Cada contrato que se firma en la posición, Dexter Lawrence le costará más caro a los Giants, lo que no habla muy bien del punto en que están los Giants en este asunto.

Es por ello, que en caso de que a cualquier jugador de Giants al que se le niegue el contrato que cree que merece, si permanece a disgusto en el equipo, no pasará mucho tiempo hasta que vuelva a mirarse a la cara con Daniel Jones en el vestuario y empiece a manifestar todos y cada uno de los síntomas de los que hablan Riley y Lombardi. Volverán a jugar juntos, e incluso puede que lo hagan de forma natural porque se siguen queriendo y necesitando para sus fines. Pero ese trato diferente, ese virus del yo, irá generando comportamientos tóxicos para el equipo. Desde no firmar el tag, hasta no arriesgar por miedo a lesionarse, a la espera de volver a buscar su gran contrato. Actitudes que hasta podrían replicarse en jugadores de posiciones de bajo valor para Schoen, o incluso en las estrellas del equipo, cuando vengan en busca de su gran contrato. No necesariamente será en forma de enfado o rabia, quizá con una competición contra el hermano beneficiado por quien les trató diferente, lo que inevitablemente viciará su relación y el ecosistema del grupo.

Teniendo en cuenta la toma acertada de Michael Lombardi, más premonitoria que precipitada, los Giants tienen muy difícil salir de esta situación. No bastarán palabras de aliento cuando la recompensa debe ser un contrato que te asegure la jubilación, porque una lesión en dos de las posiciones más crueles podría acelerarla al próximo snap. Los Giants deben pagar a ambos de tal manera que se sientan recompensados, a la par que deben acertar con Daniel Jones como el QB franquicia que juegue a la altura de su salario. O bien para convertirse en top de la liga en el futuro, o bien para ayudar de forma fehaciente a desarrollar al equipo antes de ser sustituido por el QB que lleve a los Giants a luchar por el campeonato.

A partir de ahí, los Giants deben tratar de sacar ventaja de futuros contratos de jugadores que quieran estar en un proyecto ganador con un liderazgo verificado, diapuestos a renunciar a dinero a cambio de un disparo por la Superbowl. Cualquier cosa que no sea esa hoja de ruta, está llamada a lastrar el crecimiento del equipo hasta que este pueda resetear la situación sacando el contrato de Daniel Jones de los libros, nunca antes de 2025. Porque el virus del yo infectará el vestuario como lo hace la injusticia de un padre tratando a sus hijos de forma diferente, algo que no pasa desapercibido sólo para el hijo damnificado sino también para el resto de la familia y que convierte el ambiente de la casa en irrespirable.

Categorías
Agencia Libre Articulos Fin de temporada Salary cap

¿Deben los Giants pagar a Daniel Jones?

A apenas un sólo día de la fecha límite para colocar los tags (mañana martes 16:00 e.t. en USA, 22:00 h.e.), las negociaciones por Daniel Jones se intensificaron en los últimos días de la Combine, y varios insiders del equipo de diferentes medios podrían haberse acercado a las verdaderas cifras de esta negociación. Sentaos si tenéis una silla o un sofá cerca, es más que recomendable.

Lo que pareció un rumor infundado de Mike Florio (ProFootballTalk) acerca de que Daniel Jones podría estar pidiendo en torno a $45M por temporada para su próximo contrato, empieza a verse corto, ya que la cifra demanda inicialmente por el QB parece que estaría oscilando entre los $47/48M de promedio anual. Luego explicaré por qué esta cantidad podría tener sentido como petición, aunque muchos podamos pensar que no lo tendría para los Giants. Según Albert Breer (Sports Illustrated) el rango en que se estaría moviendo la oferta del equipo estaría entre los $35M y los $39M.

Si bien es cierto que Joe Schoen, general manager de los Giants, ha dicho que la brecha entre una y otra parte aún es grande, parece que no es descartable que se pueda cerrar el trato en una cifra ligeramente por encima de los $40M.

Decía que las pretensiones del jugador podrían tener sentido por cuanto que la referencia para establecer su coste en el mercado puede ser perfectamente el contrato de Kyler Murray. Las negociaciones de este tipo suelen tomar como referente contratos de jugadores similares firmados recientemente. En el caso del QB de Arizona, al que le quedaban aún 2 años de su contrato rookie, este firmó la pasada offseason una extensión de $46M de promedio con más de 2 años completamente garantizados a la firma, y con otros 2 años que se garantizan también durante el transcurso del inicio de su contrato. Además, los impuestos en NY son de los más altos del país, por lo que una oferta allí no es equiparable a una similar en otros estados como Nevada (Las Vegas), Carolina (Panthers) o Florida (Tampa Bay).

Otra razón que puede ayudar a entender la cifra es la progresiva subida del cap durante los próximos años debido al nuevo contrato de la NFL con las televisiones, que puede colocar por encima de los $250M el cap en 2024 y seguir aumentando en $25M en cada uno de los siguientes años del actual convenio colectivo. Esto reduce porcentualmente el impacto en el límite salarial de un acuerdo en el presente aparentemente tan elevado, como parecen los $40M anuales en los que podría cerrarse el acuerdo. Ello supondría un 17,7% del cap de los Giants en 2023, y un 16%, 14,5% y 13,3% en los 3 años siguientes. Si tenemos en cuenta que los $46M de Kyler Murray habrían supuesto el 22,09% del cap de 2022 cuando firmó su acuerdo, las cifras tienen algo de lógica. Supongo.  

Fuente: Getty Images.

Pero a pesar de todo ello, no puedo encontrar razones por las que un fan de los Giants pueda encontrarse cómodo con un trato como este, tanto para el corto, como para el largo plazo. Daniel Jones sólo ha demostrado una buena temporada (y subrayo lo de sólo “buena”), y la única explicación para no usar el franchise tag ($32.4M) el próximo martes es que Brian Daboll, quien tiene la primera palabra en esto, está completamente seguro de que puede convertir a Daniel Jones en un QB de segundo nivel (como mínimo), y quizá élite. Aunque la duda subyacente de su trabajo con Josh Allen y Daniel Jones es si realmente les ha desarrollado o simplemente optimizado su juego de acuerdo a sus virtudes, ya que la regresión de Allen en su ausencia ha sido evidente.

Como el mercado puede estar estableciendo unas cifras astronómicas para un acuerdo multianual de Daniel Jones, yo no puedo evitar preguntarme ¿cuánto vale realmente el aún QB de los Giants? Según a quién preguntes dentro de la fanbase o de la prensa de Nueva York la cantidad variará, al igual que el dinero garantizado y la duración del contrato. Es normal, ya que se trata de valor, de cuan bueno nos parece subjetivamente a cada uno, de cómo le hemos visto este año, y de cómo le vemos en el futuro. Y ahí radica gran parte de la división de opiniones.

Los fans de Giants somos una fauna muy variopinta. Los hay que nos preocupamos por la economía del equipo, los hay que se preocupan de los jugadores que visten la camiseta y los hay que se preocupan de disfrutar cada domingo de temporada sin mirar mucho más allá. Aunque en la NFL actual, estas 3 cosas empiezan a estar reñidas, todos buscamos el éxito del equipo en el futuro a nuestra manera. Eso ha generado numerosas narrativas, que en función de los datos, pueden ser discutibles en base a diferentes razonamientos. Vamos una a una con ellas.

Daniel Jones ha mejorado esta última temporada.

Hace un par de semenas, Warren Sharp, quizá el mejor analista estadístico de la NFL, publicó en FOX Sports un artículo en el que aportaba los datos para argumentar que Daniel Jones no sólo no había mejorado en su juego de pase respecto a la temporada 2021, sino que había empeorado ligeramente. Sus argumentos con los números en la mano, fueron que Daniel Jones había desempeñado mejor gracias al sistema de Brian Daboll y a un eficiente juego de carrera. Esto le habría ayudado a llegar más frecuentemente a la redzone y, en ella, convertir 15 TD gracias a pases de corto yardaje y poco riesgo. De la misma manera, ese juego terrestre eficiente le habría ayudado a jugar situaciones de carrera para convertir sus otros 7 TDs de este año. 22 TDs totales que son el principal argumento de una parte de la base de aficionados para ofrecerle al QB una jugosa extensión de contrato esta offseason.

Daniel Jones seguirá mejorando con Daboll. Los Giants pueden ganar en el medio-largo plazo con él.

La otra parte del argumento de Warren Sharp es que es posible predecir la producción futura de un jugador respecto a sus datos actuales. Su conclusión es que las estadísticas de Daniel Jones fuera de la redzone son las realmente ilustrativas para valorar su probable progresión o no en los próximos años, esos por los que se paga una lucrativa extensión de contrato.

Los datos no son halagüeños para Daniel Jones en este aspecto, ya que el QB produjo unos números inferiores en estadísticas como EPA por intento de pase, pases en 1er down (45.1%, la más baja de su carrera), porcentaje de pases completados en 3er down (56%, también la más baja de su carrera), y misma tasa de pases completados reduciendo casi en 1 yarda la profundidad de sus targets (de 7.6 a 6.7), y en 2 yardas en sus 3ºs intentos (de 9.1 a 7.1).

Fuente: Matt Swensen (NY Giants)

Daniel Jones fue 44º QB en porcentaje de lanzamientos más allá de la línea de 1er down (sólo 37%), 40º en yardas por intento (6.0), 41º en profundidad de target (7.1), 39º en tasa de completados (56%), 33º en conversión de 1ºs downs (31%) y 26º en EPA por intento (-0.16). Jones estuvo entre los 10 peores QBs en estadísticas de pase en 1ºs, 3ºs y 4ºs downs.

Los números globales de Daniel Jones se han visto endulzados por las carreras diseñadas y sus scrambles por tierra, donde sí ha sido mucho mejor que años anteriores, lo que ha ayudado a los Giants a pasar de ser el peor ataque de la liga al 7º en TDs anotados.  

Puedes consultar el artículo completo de Warren Sharp aquí.

Una de las ventajas de Daniel Jones este año ha sido poder jugar mucho play action gracias a un gran juego de carrera y a la intimidación de Saquon Barkley desde el backfield. Con un gran contrato en su bolsillo, esa gran ventaja será más difícil de replicar, y sus pases de mínimo riesgo en la redzone, así como otras ventajas del sistema que ha jugado este año, probablemente no serán suficientes.

De la misma manera, Juan Jiménez (@TheQBnerd), en nuestro podcast de Plaza Gigante (@PlazaGigante) de la semana pasada, nos enseñó que su producción con las piernas de este año es difícilmente replicable y prolongable en el tiempo. “Los equipos te estudian y aprenden” nos dijo, y ya no será tan fácil sorprender.

Es cierto que Daniel Jones ha mejorado mucho en la protección del balón, reduciendo a 5 sus interceptaciones (o intercepciones, como refieras), pero la realidad es que dispuso de un tiempo para el pase promedio dentro del pocket (2.5”), y sus pases fueron en gran medida checkdowns y pases de menos de 20 yardas, a excepción de 22 pases más allá de esa distancia en toda la temporada. ¡¡22 pases de más de 20 yardas en toda la temporada!!!

Fuente: Next Gen Stats

Por si fuera poco, los Giants fueron uno de los 3 equipos clasificados para playoff que no estuvieron entre los más agresivos en 1er y 2º down, una premisa que parece se está volviendo obligatoria para competir por la postemporada en los últimos años. Así que quizá es mucho presuponer que el QB puede mejorar sus estadísticas de pase en el futuro.

Si no se lo pagan los Giants, otro lo hará. Es el mercado.

Bueno, esto parece un argumento muy subjetivo a día de hoy, viendo las cifras que se están manejando. Y podemos intuir más cosas en función de los datos y de las cifras del cap. Vamos allá.

El mercado de Daniel Jones parte de aquellos equipos que podrían necesitar QB y que pudieran pagar ese contrato que algunos afirman que otros le darán. Así que eso excluye a Saints, Buccaneers y Ravens, si traspasan a Lamar. Eso nos deja con un puñado de equipos con un pick de la primera mitad del draft ante una camada de buenos QBs en el próximo draft: Texans (#2), Colts  (#4), Seahawks (#5), Raiders  (#7), Falcons  (#8), Panthers  (#9), Titans  (#11), Jets  (#13) y Commanders (#16).

Houston e Indianápolis parece evidente que usarán sus picks para reclutar a su QB (y me atrevería a decir que Titans también, si se deshacen de Tannehill). Seguramente aprovecharán la gran ventaja de tener un contrato rookie en la posición durante 4 años, en lugar de pagar los +$40M que les costaría Daniel. Los Colts no van a replicar por cuarta vez el error de sus tres últimas temporadas. Seattle buscará a Geno Smith en un coste más bajo, si es que no van al draft. Y Raiders, Falcons y Jets muy probablemente buscarán opciones más seguras y con talento contrastado por un coste sólo ligeramente superior. No hay que olvidar que además de Derek Carr y Jimmy Garoppolo (que me encaja en Jets o Raiders por su pasado y su probable bajo coste), Rodgers, Lamar y Tannehill probablemente estarán también en el mercado.

Todo ello, reduce en mi opinión el mercado de Daniel Jones a 2 equipos: Washington y Carolina. Pero los de la capital acaban de hacerse con los servicios de Eric Bienemy (ex OC de Chiefs), que ha dado un salto lateral para demostrarle al mundo que puede hacer lo que ha hecho en KC en otro lado sin Mahomes y Reid. Así que no parece que buscar un QB veterano de alto coste y probado durante un único año pueda ser la mejor opción. El draft será muy probablemente su respuesta. Así que todos los caminos me llevan a Carolina, de donde es originario Daniel Jones. Pero la pregunta obligada es si un mercado de un solo equipo es suficiente para inflar tanto su coste. Porque es su coste lo que se puede inflar y no su valor. Me explico.

Los defensores de este argumento confunden a menudo el valor y el coste. Y esto es importante porque una cosa es cómo ven a Daniel Jones los demás equipos (o los propios Giants), así como su posible rendimiento futuro, es decir, su valor. Y otra diferente es lo que un mercado competitivo puede disparar el precio del QB en él, es decir, el coste, que parece que es a lo que se refieren cuando afirman que “si no se lo pagan los Giants, otro se lo pagará”.

Fuente: USA Today

Si ese es el caso, parece obvio que si tienes un activo que puede disparar su coste por encima de su valor (y el tag permite hablar de posesión por parte de los Giants), lo óptimo parece venderlo en lugar de sobre pagarlo. Así que yo no tengo nada claro que en el hipotético caso de que Nueva York no llegara a un acuerdo multianual antes del martes a las 16:00 E.T., Daniel Jones no estuviera de vuelta con unas pretensiones algo inferiores. De la misma manera que tendría claro que si alguien le paga por encima de su valor, los Giants no deberían lamentar dejarle ir.

Mejor firmarle un contrato multianual ahora porque luego nos costará más.

Entiendo el fundamento de esta narrativa, y estoy completamente de acuerdo con ella. Pero creo que no aplica a Daniel Jones y sí a otros jugadores del roster que ya están contrastados, como Andrew Thomas y Dexter Lawrence (quizá también Xavier McKinney). Pagar de forma anticipada un gran contrato por juadores que sabes que querrás tener en el equipo durante muchos años es casi siempre una política de gasto óptima.

El problema aquí es creer que Daniel Jones está en ese punto sólo por su pasada teporada. Dexter Lawrence fue All Pro, y Andrew Thomas apuntó a serlo durante la primera mitad de la regular season, terminó siendo pro bowler. Daniel Jones no ha pasado de tener números promedio y, como comentamos al principio, su influencia en el juego y en las victorias del equipo son discutibles.

Por ello, estoy de acuerdo en sacar la ventaja de extender a largo plazo a jugadores que son el núcleo del equipo, antes de que terminen su contrato de novato, lo que ahorrará aún más dinero en su nuevo acuerdo con los Giants. Pero no tanto en asumir que Daniel Jones está ya en ese punto y en convertir en un aparente ahorro lo que en realidad es el riesgo más grande en el que puede incurrir el equipo. Me parecería una temeridad de hecho.

Como pide mucho, pongámosle el tag y probémosle un año más.

El tag no exclusivo ($32.4M en 2023) abre la puerta a que alguien puje por el jugador durante la semana previa a la agencia libre, pero dudo mucho que nadie pague las pretensiones de Daniel y las 2 primeras rondas que desbloquean el tag. Tengo la sensación de que en el resto de la liga no le ven como en casa. Si NY le pone el tag por no poder llegar a un acuerdo de larga duración con él, cualquier general manager de la liga sabría que los Giants estarían casi obligados a vender por debajo de ese capital de draft ahora, ya que retenerlo un año más perdería sentido en caso de que mostrara una mejora en su juego. El año próximo renovarle no le saldría más barato. Así que todo lo que esté por encima de una 2ª ronda es ganar sobre el pick compensatorio que recibirían los Giants por dejarle ir libre.

¿Por qué no probarle? Porque es tremendamente arriesgado probar a cambio de un coste tan alto. Sólo pagas si estás completamente seguro, como en cualquier suscripción que contratas tras disfrutar del periodo de prueba. Y por coste alto no me refiero solamente al impacto de su contrato en el límite salarial del equipo, me refiero al coste de no poder renovar cuanto antes a jugadores como Andrew Thomas, Dexter Lawrence o Xavier McKinney, lo que podría reportarles un importante ahorro en sus contratos por hacerlo antes de que expiren los de rookie actuales. Tanto Eagles como Chiefs nos han demostrado este año que necesitas optimizar el uso del cap con algunos de tus mejores jugadores cobrando por debajo de mercado.

Si los Giants le rodean de mejores jugadores, Daniel Jones crecerá como jugador.

Este argumento parte de una mera suposición. Pero lo que es más fácilmente imaginable es que será más difícil rodearle de mejores jugadores si el QB se lleva más del 17% del cap del equipo. Esa mejora de la plantilla deberá llegar a través de jugadores sin experiencia en el draft o a través de jugadores a bajo coste en la agencia libre, cuando los grandes atunes del mar ya habrán sido pescados.

El refuerzo a este argumento es que Joe Schoen es un gran reclutador de talento, y Brian Daboll un entrenador capaz de sacar lo mejor de sus jugadores, por lo que esta teoría podría parecer más sólida. Pero yo me pregunto si esa misma reflexión no podría hacerse también reclutando a un QB del draft, con el consiguiente ahorro millonario que supone un contrato rookie en la posición más cara a la hora de reforzar el roster. Lo que hicieron en Buffalo con Josh Allen en su segunda offseason vamos.

Fuente: Getty Images.

La sensación es que una parte de la afición sea ha enamorado del jugador, del nombre, por lo mucho que, al parecer, se le ha maltratado con entrenadores y compañeros de dudosa capacitación. Pero que en el caso de juzgar la situación en otro equipo, sin esa vinculación emocional, probablemente reprobarían. Llamémosle por ejemplo Geno o Marcus, que han tenido números similares la pasada teporada.

Sea como fuere, lo lógico es que el jugador destinado a ganar el gran contrato debería ser el que hiciera mejores a los demás y no a la inversa, como hemos visto hacer a Patrick Mahomes recientemente, quien rompió la norma de ganar la Superbowl con menos del 13% del cap del equipo. Mahomes hizo mejores a los demás, y su GM y su entrenador encajaron en el sistema a multitud de jugadores rookies y veteranos de bajo coste.

Pero cuesta metabolizar esta narrativa y que Daniel Jones replicará este modelo exitoso cuando después de lanzar 15 TD de pase (y hacer 7 de carrera), además está demandando una cifra tan elevada que compromete la construcción del resto del equipo. Ya hemos visto con Prescott, Russell Wilson o Rodgers como termina eso. Son los QBs talentosos dispuestos a perdonar dinero los que realmente pueden proyectar al resto del equipo. Lo otro no son más que banderas rojas a futuro, generalmente próximo.

Paga al chico, el dinero no es nuestro.

Se la escuchamos a Bob Papa, narrador de los partidos de Giants. Pero esta es una verdad a medias. Hay gente que paga para ir a ver los partidos al estadio, y los demás invertimos tiempo y pasión. Así que poner en el campo un mal producto lo hace una mala inversión para los aficionados, en dinero y muchas otras cosas. El coste de oportunidad de nuestro ocio y nuestras emociones es altísimo. Nosotros no pagamos los contratos de los jugadores, pero invertimos muchos de nuestros recursos en ellos. Eso debería ser suficiente para pensar que lo que le pagues a Daniel importa.

Así que, en definitiva, ¿Cuanto vale Daniel Jones?

Vale lo que Schoen y Daboll crean que va a rendir en los próximos dos años (porque no deberían garantizar mucho más allá de eso). Vale lo que crean que les acercará a la Superbowl en el corto-medio plazo. Vale lo que crean que mejorará a sus compañeros. Y vale lo que ellos creen en lo que se convertirá en un futuro próximo.

Porque el coste ya estamos viendo que parece que será lo que un mercado hipotético le pagará. Y si ese coste es realmente superior a lo que Schoen y Daboll le valoran, lo óptimo es venderlo para acumular la plusvalía en capital de draft y en cap, y poder así seguir mejorando el equipo. En caso contrario, los Giants podrían estar imaginando un mercado que no existe, y sobre pagando por lo que su propietario lleva creyendo durante varios años que es una versión moderna y rejuvenecida de Eli Manning.

Fuente: USA Today.

La posición y el coste de un QB no es algo en lo que se pueda dudar. Se quiere o no se quiere. Y quererlo es pagarle +$50M de promedio y hacerlo sin miedo a equivocarte porque crees que lo vale por ser élite y porque valdrá más en el futuro. Y también por saber que el chico además está dispuesto a ceder para ganar campeonatos. Si estás racaneando millones porque el jugador quiere sacarte las entrañas en la negociación, entonces estás comprando un problema. Y los Giants han comprado casi todos los problemas imaginables desde la última Superbowl. En mi opinión, ha llegado la hora para los Big Blue de ser valientes y buscar su propio QB élite. Nadie dice que sea fácil, pero la identidad de uno se define por aquello que ambicionas y aquello con lo que te conformas. Así que creo que los Giants no deberían conformarse con lo que las estadísticas dicen que es un QB promedio, y probablemente, una copia mediocre de Eli Manning.

Categorías
Agencia Libre Articulos Temporada regular Trainning Camp Traspasos

Previa NY Giants 2021: Jugando con fuego

Todos los que hemos pasado por la universidad hemos tenido asignaturas que no nos motivaron. Por el horario, el profesor o la materia que se impartía, yo rehusé ir a clase y preferí centrarme en otras materias o quehaceres más ociosos que consideré más importantes en aquel momento. Cuando llegaron aquellos exámenes, obviamente tuve que tirar de apuntes ajenos y de las últimas horas previas para estudiar, porque aún siendo consciente de la precariedad de mis decisiones hasta el momento del examen, estaba convencido de que los aprobaría.

Ese exceso de confianza ha sido también la seña de identidad del general manager de los New York Giants, Dave Gettleman, durante las 4 offseasons que lleva en el cargo, las cuales se resumen en un balance global de 15-33 en 3 temporadas completas. Él aún no ha aprobado ninguno de sus exámenes, todos ellos con dobles dígitos en derrotas. Aunque ha pasado mucho tiempo desde aquellos “errores de cálculo” de 2018, como los calificó el propietario de la franquicia, John Mara, en la rueda de prensa en la que pasó revista del equipo de 2021, sigue sin estar claro a día de hoy con qué apuntes se está presentando Gettleman a su examen más importante hasta el momento.

La pasada agencia libre de los Giants ha sido un descarado intento por abrir una ventana de oportunidad de al menos 2 años. Quizá por tratarse de su segundo proyecto del general manager, y porque este se apoya en dos nombres impuestos o recomendados (llámalo como quieras) por el propietario, John Mara. Tanto Joe Judge (HC) como Jason Garret (OC) son apuestas personales del jefe, que se ha cansado de perder y ha pisado el acelerador para acortar los plazos hacia el éxito.

Apuestas arriesgadas en agencia libre

En una temporada en que el cap descendió por la sacudida del covid a la NFL y al resto del mundo, Gettleman se ha dado el capricho de firmar a la más grande de ese tipo de apuestas que lleva su firma inconfundible. Esa que quiere rescatar picks altos de draft que fracasaron en sus equipos. Leonard Williams(DE), después de ser etiquetado con el franchise tag en 2020, acaba de conseguir un contrato de promedio anual de $21M, casi a la altura del de Aaron Donald y Khalil Mack.

Para hacerlo posible, Gettleman dejó marchar a Dalvin Tomlinson (DT) y a Kevin Zeitler (G). Algo así como cuando yo dormía durante la clase desmotivante mi fiesta del día anterior. Cuando no vas a clase para darte un capricho eres plenamente consciente de que estás tentando a la suerte. Como cuando renuevas a jugadores que sólo han hecho una buena temporada por el hecho de que lo has traído tú. O cuando fichas jugadores con un importante historial de lesiones a golpe de talonario en la agencia libre. “Los chicos lesionados se lesionan”, llegó a decir Gettleman en una comparecencia ante la prensa no mucho antes de firmar a Kenny Golladay (WR), Adoree Jackson (CB) y Kyle Rudolph (TE), quienes apenas han entrenado juego 11 contra 11 durante la pretemporada. Si bien es cierto que esas incorporaciones deberían ayudar mucho al equipo a ambos lados del balón, su aportación sigue siendo una incógnita a día de hoy. Aunque parece que los tres estarán disponibles para Joe Judge en el partido de esta noche frente a los Broncos.

Kenny Golladay en el trainning camp de los NY Giants. Foto: Newsday.

Si el fichaje de los chicos lesionados parece arriesgado incluso con el beneplácito del médico, los movimientos del draft no lo fueron menos, ya que por primera vez en su carrera, Dave Gettleman traspasó un pick para bajar en el draft. Algo que podría haber sido muy positivo de no ser porque se supone que está en una temporada decisiva, en la que ha firmado tantos contratos y reestructuraciones importantes, y en la que tendrá que decidir qué hacer con Saquon Barkley (RB) y quizá con Daniel Jones (QB), en sus respectivas renovaciones. La primera de ellas, al parecer ya está en camino. El botín que hayas conseguido a cambio de diferir el valor de tu pick más importante a la próxima temporada, cuando aún tienes agujeros grandes que tapar en tu plantilla, realmente no importa, porque será más un parche ante el fracaso que un refuerzo para el éxito. No parece un movimiento inteligente, más bien temerario. Kadarius Toney será el sexto receptor en el equipo, y está muy por ver que Jason Garret tenga en su libro de jugadas la fórmula mágica para hacer de él un jugador de impacto inmediato en la liga. Además, su posición ya está cubierta (al menos este año) por Shepard (WR), por muy diferentes que puedan parecer como jugadores.

Asignaturas pendientes

Todo ello, junto con las recientes declaraciones de John Mara en las que afirmó que «no hacer playoff no sería un fracaso», hacen pensar que los Big Blue no tienen prisa porque lleguen los resultados y la apuesta es más por 2022 que por 2021, o al menos por el segundo tramo de esta temporada. Este año debe ser sí o sí, un año de crecimiento y de una mejora notable del equipo. Tanto en juego como en resultados de forma tangible en victorias. La afición no perdonará otro año de 5 ó 6 partidos ganados, y menos aún después del dispendio en contratos durante la offseason. Se exigirá mínimo un balance positivo y estar peleando la división hasta el último día, si no ganarla.

El problema para aprobar ese examen de final de temporada, es que Gettleman y sus Giants siguen sin disponer de dos partes importantes de la materia a evaluar: la línea ofensiva y los linebackers exteriores. El exceso de confianza le llevó a Gettleman a dar por hecho que los 3 picks que invirtió en el draft del año pasado (Andrew Thomas (LT), Matt Peart (RT) y Shane Lemieux(LG) afianzarían la línea ofensiva gracias al trabajo del cuerpo de entrenadores, la gran apuesta de Judge el día de su presentación. Y ese exceso de confianza le ha vuelto a jugar una mala pasada en el último draft, cuando por partida doble otros equipos se le adelantaron para elegir a los dos líneas ofensivos que le interesaban (reconocido por el propio Gettleman). Ello unido a la retirada imprevista de Joe Looney (C) y Zach Fulton (RG) por la paliza de pretemporada de Joe Judge, ha dejado a la unidad en cuadro, hasta tal punto que Nate Solder (RT) apunta a titular esta noche porque Matt Peart (RT) es incapaz de mejorar el rendimiento del veterano, el cual fue lastimoso en el último partido de temporada frente a los Patriots, todo sea dicho. Así que Gettleman ha tenido que buscar profundidad en la unidad entre los suplentes de otros equipos ya que entre los descartes previos a la temporada no había nada decente. Por ello, más que la validez y la permanencia de Daniel Jones (QB) en el equipo y en la liga, lo que está en juego es su propia salud. Jason Garret deberá evolucionar 20 años su playbook de vieja escuela que tanto desesperó a los fans de Giants para que su quarterback pueda jugar con un mínimo de garantías, y para que podamos juzgar al quarterback de una vez por todas.

Foto: Jamie Sabau/Getty Images

Y por si los hog mollies del ataque no fueran incertidumbre suficiente para Gettleman, otra de sus grandes apuestas en los drafts sigue sin esclarecerse, la de los edges. Las lesiones y las plantillas incompletas a lo largo de sus 3 primeros años como gerente han dado al traste con sus recurrentes picks de linebackers de presión. Los Giants volverán a apostar por el desarrollo de Lorenzo Carter (OLB, draft 2018), Oshane Ximines (OLB, draft 2019), Carter Coughlin (OLB, draft 2020), que no han hecho una temporada completa y siguen sin dar el paso que se espera de ellos. Confianza que tampoco debe ser muy grande puesto que Gettleman drafteó otro edge más con la segunda ronda de este año, Azeez Ojulari (OLB, draft 2021). Si bien con la incorporación de Adoree Jackson (CB), Aaron Robinson (DB) y Rodarius Williams (CB), la secundaria está más que afianzada y apunta a ser élite, el cuerpo de linebackers es la incógnita que el equipo debe resolver para poder estar en el top #10 de defensas de la liga, donde tiene su potencial, ya que fue la 12ª el año pasado.

NY progresará despacio, pero debe mejorar y mucho

En definitiva, los Giants y su general manager Dave Gettleman vuelven a estar a examen ante la afición, aunque no tanto ante su propietario, lo que hace pensar que la silla de Gettleman no peligra si la cosa no termina en descalabro. La que empezará a arder pronto es la del principal candidato a cabeza de turco si las cosas no van por su cauce, Jason Garret. Y no es injusto pensar que será de forma merecida ya que suya es la responsabilidad de un ataque que no ha funcionado y que fue el número 31 de la pasada temporada.

No hay que ser un visionario para intuir que los Giants tendrán un arranque lento, y que disfrutará de su verdadera pretemporada en los 4 partidos de septiembre (DEN, @WAS, ATL y @NO). Será complicado, pero deberá evolucionar en el tramo intermedio y final, cuando visitarán a algunos de los cocos de la liga (LAR, @KC, @TB, @MIA y @LAC) y tendrán 5 de los 6 partidos divisionales.

Pero si las cosas no empiezan a ajustarse para entonces, y el arranque del equipo vuelve a alcanzar las 6 derrotas en la segunda mitad de octubre, todos sabremos que Gettleman no hizo los deberes, y que fue incapaz de construir de una vez por todas la base de la plantilla a través del draft. Sabremos también que se equivocó de apuntes al pagar grandes contratos a jugadores cuya salud o rendimiento no se correspondieron con la inversión en ellos. Que dejó para última hora los fichajes de la línea ofensiva que debía permitir correr a Saquon y leer el campo a Daniel Jones, aplazando el valor del pick #11 en lugar de invertirlo en tapar algún agujero de esa unidad, que los tiene, vaya que si los tiene. Y aunque John Mara le permita presentarse al siguiente examen de septiembre para redimirse, la afición de los Giants y el resto de la NFL le pondrán un sonoro suspenso por haber jugado con fuego durante la toda la pasada offseason.

Categorías
Agencia Libre Articulos Salary cap

Mahomes está en venta

Suena tan sugerente como sacrílego, pero me gustaría explicarte por qué no sería raro que pudiera convertirse en realidad en un futuro no muy lejano un titular así o similar. Tranquilo, por ahora no quiero que te deshagas de tus prejuicios. Mahomes es el nuevo dios de la NFL, este es el punto de partida de todo lo que te quiero explicar. Pero quiero llegar al fondo de la cuestión de si este dios vale los más de $40M anuales que se prevé que va a conseguir en el nuevo contrato, y sobre todo, si los Kansas City Chiefs deberían dárselos en unas negociaciones que no han hecho más que comenzar. Vamos allá.

Como bien sabrás, Patrick Mahomes fue elegido en el pick #10 de 2017 por Kansas ya que Andy Reid se enamoró de él en el proceso predraft de aquel año. Y también imaginarás que no fue cosa de última hora, a pesar de que muchos nos enteramos en el momento de escuchar su nombre de la boca de Roger Godell. Los Chiefs pensaron que podría no llegar a su pick #27, así que subieron desde él pagando además el pick de 3ª ronda de 2017 (#91), el pick de 1ª ronda de 2018 (#22 general). No fue barata la cosa.

El equipo actual

Lo que igual no tienes en mente es que Mahomes le está costando a los Chiefs aproximadamente $4M anuales de media contra el cap en los 4 años de su contrato rookie, contando este año 2020. Teniendo en cuenta que actualmente tienen tan solo $2.5M libres de espacio salarial, se podría decir que gracias al bajísimo coste actual de Mahomes, los Chiefs están pudiendo rodearle del talento necesario para poder construir equipos como el campeón de la pasada Superbowl y ser contendiente de esta próxima. Nueve jugadores de la plantilla impactan por encima de los $10M en el cap y cinco de ellos por encima de los $16M. Esos 9 jugadores consumen casi el 62% del cap de los Chiefs. Para ahorrarte la búsqueda, te diré que son Frank Clark (DE, 19.3M), Tyreek Hill (WR, 17.7M), Sammy Watkins (WR, 17.1M), Tyran Mathieu (FS, 16.3M), Chris Jones (DT, 16.1M), Eric Fisher (LT, 14.9M), Anthony Hitchens (ILB, 12.7M), Travis Kelce (TE, 11.2M) y Mitchell Swartz (RT, 10.8M). No, no sale barato tener un equipo campeón de la NFL.

En esta offseason previa al cuarto año de los jugadores elegidos en aquel draft de 2017, los Chiefs obviamente, han ejecutado sobre Mahomes lo que se conoce como la opción de 5º año del contrato rookie, que no es otra cosa que la opción unilateral de los equipos a ampliar un año más este contrato, a cambio de un salario promedio de los 10 mejores de su posición. Esto hará que en 2021 el jugador perciba e impacte contra el cap $24.8M (casi $20M más), que seguramente te parecerán una fantástica idea si has empezado a escuchar que los rumores y el mercado hablan de una oferta superior a los $40M anuales en el próximo contrato de larga duración de Mahomes. Pero lo que estás pasando por alto más allá de esa subida de casi $20M del QB, es que Sammy Watkins y Chris Jones terminan contrato este año y serán los principales candidatos para salir del equipo, sobre todo porque los repuestos parecen estar ya en la plantilla. Hardman y Robinson deberían ser capaces de sustituir al receptor y Khalen Saunders al tackle. Aunque esto segundo es mucho suponer. Jones acaba de reconocer que las negociaciones para renovarle están tan paradas, que no hay negociaciones. Pero pensemos que será viable sustituirle por cuanto que los números son maleables y un par de jugadores se pueden sustituir habiendo drafteado adecuadamente y con un buen sistema, ya que tienes al mejor quarterback de la competición y a uno de los mejores entrenadores. Así que los Chiefs tendrán su ventana de oportunidad garantizada al menos durante 2020 y 2021.  

Foto: Getty Images

2022. Año I del veterano Mahomes

La historia se complica en la offseason de 2022. Ese contrato de más de $40M de Mahomes entrará en vigor y será también el momento de renovar a Tyrann Mathieu (FS), Eric Fisher (LT), Mitchell Swartz (RT), Travis Kelce (TE) y seguramente algún otro que durante esos dos años haya empezado a destacar en unos Chiefs que estarán compitiendo por todo. Los números para poder hacer todo eso posible y seguir alargando la ventana de oportunidad se habrán reducido en al menos $35M al año respecto a los de hoy por el megacontrato de Mahomes, y habrá mucha gente clamando por su dinero o muchas piezas del actual puzzle que ya no lo merecerán. Lo cual es un escenario aún peor, porque eso significará que el equipo no ha cumplido las expectativas y se desvanece. Justo cuando van a empezar a pagar más de 40 millonazos a Mahomes.

En ese contexto, en el de tener que prescindir de al menos cuatro o cinco de los jugadores que ocupan actualmente posiciones clave en el equipo para hacer espacio salarial al quarterback, es donde seguramente ni los drafts, ni los sistemas, ni los entrenadores alcancen. Aquella lista de nueve, incluye al principal pass rusher, los dos jugadores más importantes parando la carrera, su jugador básico en la secundaria, sus tres principales receptores y sus dos tackles titulares. Cualquier agujero será muy difícil de cubrir, y más aún a bajo coste. Cinco es un reto sólo para genios.

De la misma manera que estaba seguro de que en 2021 seguías en el barco de Mahomes, en este nuevo panorama de equipo en el que el quarterback ya no podrá contar con gran parte de esos jugadores de esa lista dentro de 3 años no lo tengo tan claro. Y a buen seguro que ya te estás empezando a plantear cosas, aunque no atañen aún al propio Mahomes. Aún.

Foto: Asociated Press

Otros casos en el pasado

He escuchado en multitud de ocasiones, y también dicho no lo niego, frases como “detrás de la OL de Dallas juega cualquiera”, “llevan malgastando el talento de Aaron Rodgers diez años”, “seguro que Belichick consigue que Stidhan sea bueno y vuelve a ganar la división”, “Russell Wilson está más solo que la una”,… Y apuesto a que tú has dicho alguna de ellas en alguna ocasión. Frases que solían aludir a que o bien el QB no es imprescindible o bien que necesita de una complicidad de calidad para conseguir competir por el título. Pero estas frases son sólo opiniones. Más objetivo es el hecho de que en los últimos 20 años, en hasta 9 ocasiones el campeón tenía un QB en contrato rookie o en su extensión de 5º año. Es decir, por debajo de coste de mercado. Y de la misma manera que en 5 ocasiones el ganador repitió después de ganar en contrato rookie (Brady -3-, Roethlisberger y Eli Manning), hubo otras 8 en que el equipo que ganó no volvió a ganarla con el mismo QB. Ni Rodgers, ni Brees, ni Flacco, ni Wilson han sido capaces de reeditar título una vez firmaron sus contratos de veterano. Peyton tampoco pudo hacerlo en ninguno de los dos equipos en los que ganó el anillo. Sólo Eli Manning, Roethlisberger y Brady (3 veces), que siempre ha tenido fama de renunciar a parte de su salario en beneficio de conseguir mejores compañeros, han sido capaces de reeditar campeonato habiendo firmado como veterano.

Los Patriots han sido durante mucho tiempo el elemento discordante de la competición, por su éxito y por su modelo de gestión, que no paga a sus jugadores con grandes contratos por encima de su valor de mercado. A Belichick no le ha temblado el pulso cuando ha tenido que dejar marchar a cualquiera de sus piezas clave, incluida la del quarterback, cuando lo hizo con Drew Bledsoe hace 20 años. Y lo ha vuelto hacer este año cuando Brady ha dejado de estar por la labor de jugar a bajo coste. Por eso, que los Chiefs puedan refinar su modelo para alargar su ventana de oportunidad incluyendo la extensión de Mahomes parece una posibilidad, pero los resultados en el pasado y las previsiones de la platilla a futuro avalan lo contrario, que es más complejo repetir triunfo en la Superbowl con un QB en contrato de veterano que con uno en contrato rookie. Lo sé, sigues escéptico. Mahomes tiene ese algo especial, sobre todo este año después de ganar una superbowl que tenía prácticamente perdida. Es inevitable amarle. Como inevitable para los Ravens fue amar a Flacco en 2013. Tan oportunista como cierto.

Bill Belichick. Foto: USA Today

Inevitable será también el descenso del cap para los próximos años si el impacto de la pandemia por el COVID-19 impide jugar sin espectadores este año. Así como el probable descenso de la oferta de los contratos de las televisiones para 2023 y los años siguientes. Algo que obligará a más de un equipo (los Chiefs no serán una excepción) a dejar marchar a alguna de sus figuras.

Enfoque positivo

Pero basta de hablar en negativo que nos deprimimos. Vamos a lo positivo. Hemos hablado de que hasta 6 quarterbacks en contrato rookie ganaron el campeonato en las últimas dos décadas. Y es bueno recordar que Andy Reid sólo tardó un año en formar a Mahomes y tres en ganar el anillo, dejándose abierta una ventana de oportunidad de otros dos años (2020 y 2021). Pero si el panorama a partir de ese tercer año (2022) en que tendrá que empezar pagar a Mahomes es tan peliagudo por tener que perder a una gran cantidad de sus estrellas, ¿por qué no podría Andy Reid valorar renunciar al quinto año de Mahomes  y decidir venderlo a un precio justo? Tranquilo, tómate tu tiempo.

Me explico. Agotar esos dos años de contrato rookie implicaría tener que dejarlo marchar gratis a cualquier equipo (incluidos los de su división) o tener que taggearlo, lo que expondría a los Chiefs a un holdout. Esperar a la offseason que viene para ofrecerle en el mercado al mejor postor sería una carnicería y una subasta tremenda. ¿Qué equipo no le querría? ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar? Si Khalil Mack valió 2 primeras rondas, ¿por qué Mahomes no podría valer como mínimo 3? ¿O incluso 4? ¿O un paquete de picks equivalente? Imagina equipos como los Colts, los Vikings, los Bears, los Cowboys o los Saints (cuando se vaya Brees), que estarán a un buen QB de ser equipos contendientes. Con Mahomes serían favoritos número 1. ¿Por qué no ofrecer 4 primeras rondas, que son jugadores sin contrastar y que podrían no cristalizar en una estrella de la liga como sí lo es Mahomes, que les convertiría desde ya en favoritos al título?

Para los Chiefs, todos esos picks supondrían el capital para subir quizá a por Trevor Lawrence o para escoger a otro QB al que formar durante un año y lanzarlo al ruedo rodeado de una plantilla élite, ya que la mayoría de los jugadores de aquella lista de 9 estarían en condiciones de seguir compitiendo debido a su juventud. A lo cual habría que añadir una gran cantidad de jugadores jóvenes de muchísimo talento (varios de primera ronda) que rejuvenecerían y abaratarían la plantilla mientras generan su siguiente ventana de oportunidad. Uno de ellos quarterback, para volver a invertir dos años en él y generar otra ventana de tres años. ¿Por qué no un modelo así en lugar de hipotecarte y exponerte como lo hicieron los Packers con Rodgers y los Seahawks con Wilson? ¿Por qué no dejar de sobrevalorar la figura del quarterback y plantear la configuración de la plantilla como la que te ha llevado a la cima?

Andy Reid y Patrick Mahomes. Foto: Charlie Riedel / Asociated Press

Una filosofía como la que el propio Andy Reid aplicó el pasado año a su defensa, vendiendo a dos de sus estrellas a cambio de mejorar el resto de la unidad. Recuerda su rendimiento después de aquel 3ª y 15 en la pasada superbowl. ¿Y si enseñar a jugar a un QB no es tan complejo cuando todo lo que está a su alrededor funciona? Si funcionó vender a Justin Houston y Dee Ford para mejorar la defensa, si invertir un año de aprendizaje en un QB rookie sirvió con Mahomes, Brady y Wilson, y si invertir alguno más sirvió con Roethlisberger y Eli Manning. ¿Por qué no reeditar ese modelo que implica muchos menos riesgos cuando tienes a Andy Reid como entrenador, frente al de pagar $40M (con al menos 3 años garantizados) a un solo jugador? ¿Por qué es descabellado ver el titular de ‘Mahomes está en venta’ en la prensa? ¿Te sigue pareciendo igual de descabellado? ¿Por qué?

Comprar La Offseason
Categorías
Agencia Libre Articulos Draft Fin de temporada Pre Draft Salary cap Traspasos

Cómo construir un equipo NFL

Michael Lombardi, ex ejecutivo de los New England Patriots entre 2014-2016, con 2 victorias en la superbowl, escribió no hace mucho en uno de sus artículos en The Athletic, “el primer error que hay que evitar cuando se gestiona una franquicia NFL es pensar que es una empresa diferente y que no funcionará la misma estrategia comercial. No es cierto, el football es un negocio, puro y simple, y el primer activo que se debe tener es el sentido común. Después, es necesario desarrollar el liderazgo de los entrenadores dentro de la organización, y por último, crear una identidad propia, una marca.

Viendo cómo construyeron sus equipos los mejores general managers de la liga, los que acostumbran a tener a sus equipos en playoffs o los que están sabiendo construir mejor sus opciones de cara a un futuro próximo, (Belichick, Schneider, Roseman, Snead y Ballard), pueden intuirse ciertas líneas de gestión similares entre sí. Y aunque fueron diversas las formas de crear cada uno de estos equipos, en fundamento, no difieren de la teoría de Lombardi, y necesitaron como cualquier plan exitoso, de una serie de premisas para poder llevarse a cabo.

ESTABILIDAD. Lo primero que se necesita para establecer un proyecto deportivo ganador es una cultura de equipo, y para definirla y asentarla es necesaria la confianza del propietario. No hay un equipo ganador sin estabilidad. El problema es que para conseguir la estabilidad y la confianza a largo plazo de un propietario en esta liga, paradójicamente, es necesario demostrar rápidamente que eres el adecuado para el puesto, y eso suele ser valorado sólo en resultados, en victorias. Para ello, lo normal es tener que demostrarlo en los dos primeros años en el cargo. Disponer de 3 años no es lo habitual.

Esa cultura debe trascender además al cuerpo de entrenadores, que son quienes terminarán de transmitir con su liderazgo la cultura a los jugadores en el terreno de juego. Deben ir en la misma línea de acción que la gerencia, y deben demostrar también sus habilidades para desarrollar jugadores en ese período razonable de tiempo de dos años. Muchas veces se pierde de vista la importancia de esta cualidad de los entrenadores cuando quizá sea la más importante de todas, ya que ella permite optimizar el roster y aumentar el valor de los activos más importantes de la franquicia. De ahí que la tendencia reciente en la NFL haya empezado a ser la de contratar primero al entrenador jefe (HC) con esas habilidades especiales y darle a él plenos poderes incluso por encima del general manager, que es contratado después ya con la aprobación del entrenador. O la opción de otorgarle el cargo de general manager al propio head coach. Es la disyuntiva de quién debe estar sobre quién y tener la última palabra.

Bill Belichick entrenador y GM de los NE Patriots con el trofeo Vince Lombardi. Foto: Getty Images.

DEFINIR LA VENTANA DE OPORTUNIDAD. El objetivo de este proceso es, mediante esa cultura, establecer la ventana de oportunidad de victoria en esos 2 años como mucho. Ese es el plazo para construir un equipo que sea contender al tercer año. Roseman y Belichick jugaron y ganaron su primera superbowl en su segundo año. Schneider jugó playoff en su primera y tercera temporadas, y posteriormente disputó dos superbowls en los dos años siguientes. Por su parte, Les Snead jugó la superbowl en su primer año como GM de plenos poderes. Sólo Chris Ballard, seguramente a causa de la prematura retirada de Andrew Luck que trastocó todos sus planes, aún no ha jugado el gran partido.

FICHAR PRIORIDADES. Definida la cultura, llega la hora de invertir los recursos de acuerdo a esa filosofía de juego, esa identidad que define qué tipo de equipo se quiere ser (corredor o pasador, defensivo u ofensivo, explosivo o gestor del reloj, …). Para ello, es muy importante establecer las prioridades y hacerse cuanto antes con los jugadores de las unidades principales para la forma de juego elegida, que en muchas de ellas suelen ser las trincheras, la líneas ofensiva (OL) y defensiva (DL). Una, para evitar que el rival corra con el balón, y otra, para hacer funcionar el propio ataque y poder manejar el ritmo del partido. Además, ambas unidades necesitan tiempo para compenetrarse, por lo que es recomendale fichar y/o draftear cuanto antes en esas posiciones. Pero en otras formas de juego podría ser vital por ejemplo la secundaria, lo que requeriría de abordar pronto otros perfiles de jugadores.

Comprar La Offseason

OPTIMIZACIÓN DEL CAP. Pero en ese proceso de reclutamiento de jugadores de acuerdo al plan, otro objetivo debe ser siempre optimizar al máximo el cap, también con una cultura específica y una identidad en esta parcela de la franquicia. Por ello, no puede perderse de vista nunca el valor posicional de los jugadores, dentro de la liga y dentro del equipo. Ni todas las posiciones son igual de importantes dentro del equipo ni, ni todas las posiciones se pagan igual, ni todas tienen la misma durabilidad. Hay algunas que están mucho mejor pagadas que otras en la liga, y disponer de contratos rookie en algunas de ellas durante la ventana de oportunidad puede dar la flexibilidad para contratar o renovar mejores jugadores en otras posiciones del equipo. Usar las elecciones altas del draft para reunir el mayor talento posible mediante contratos de rookie en posiciones de bajo coste es una buena forma de malgastar los recursos de los que se dispone.  

Existen otras soluciones para conseguir talento a bajo coste a base de veteranos fiables y baratos en contratos de corta duración, o conseguir jugadores drafteados o renovados con contratos de larga duración a un coste inferior al de mercado por extenderles el contrato antes de de que se conviertan en agentes libres. No es necesario gastar mucho dinero en jugadores contrastados y caros para tener un equipo exitoso. De hecho, salvo Les Snead en su primer año, ninguno de los general managers de los que hablaba llevó a cabo este tipo de movimientos. Todo lo contrario.

RIESGO/BENEFICIO. Como en cualquier empresa, es fundamental obtener de tus inversiones el mayor beneficio con el menor riesgo posible. Por ello, siempre será peor pagar en la agencia libre por un jugador que viene de otro equipo (y que no has probado en tu sistema y en tu vestuario), que un jugador que ya demostró ser valioso dentro del equipo y que además ocupa una de las posiciones importantes dentro de tu forma de jugar. Es el mismo riesgo de la inversión del que se habla siempre en el draft. ¿Por qué iba a ser diferente en el resto de decisiones? La propensión a las lesiones, la edad y el carácter del jugador suelen ser las 3 variables a medir para valorar el riesgo y ajustar el precio de mercado del jugador de acuerdo a su rendimiento en el campo. Y también por lo tanto, para tomar o no la decisión de ficharlo o renovarlo.

Antonio Brown, la apuesta fallida de los Oakland Raiders. Foto: AP/Ben Margot

FLEXIBILIDAD: Además, y esta es una parte fundamental en la construcción de plantillas, esos contratos de agencia libre, firmados en la puja con otros equipos pretendientes, suelen firmarse con grandes cantidades de dinero garantizado, en su mayoría signing bonus que se prorratean en el tiempo en caps de años futuros. Algunos general managers creen estar ahorrando dinero en el cap del año presente, cuando lo que realmente están haciendo es comprometer el cap de los años siguientes. Y todo ello con el riego constante de lesión o ajo rendimiento del jugador, lo que en caso de querer cortarle o traspasarle dejaría grandes cantidades de dinero muerto en el cap, sin correlación de rendimiento en el campo.

En contraposición a esta estrategia, lo ideal, aunque difícil de conseguir, es repercutir contra el cap la mayor parte de los contratos por adelantado y prorratear la menor cantidad de dinero posible. Es decir, incluir en el cap del primer año la mayor cantidad de dinero garantizado, y que no sea mediante signing bonus prorrateados, sino en forma de salario y roster bonus (que no se prorratean en caps de años futuros). Esto dará flexibilidad total al equipo, ya que le permitirá decidir sobre el jugador ante cualquier eventualidad (lesión, bajo rendimiento o problema disciplinario), sin miedo a dejar grandes cantidades de dinero muerto que lastren a la franquicia durante un tiempo. Otra forma de conseguirlo es mediante contratos de corta duración. De este modo, el dinero gastado es más probable que se correlacione con rendimiento en el terreno de juego, ya que las renovaciones se harán por cantidades garantizadas menores y sin prorratear dinero.

Imagina la diferencia entre fichar a un jugador durante 4 años y con un signing bonus equivalente a 3 años del contrato, y otro jugador, no necesariamente mucho peor, con un contrato de un año en el que todo es salario. El primero de ellos es muy probable que si se lesiona el primer año, tengas que tenerlo al menos 3 años en el equipo, aunque no juegue. El segundo, puedes decidir cortarle en cualquier momento por la razón que sea. Se trata de dos casos extremos, ya que hay muchos matices y puntos intermedios, pero creo que se entiende la diferencia.

PLAN. El proceso ideal para crear una plantilla es draftear a tus jugadores, disponer de ellos 4 ó 5 años en contrato rookie y luego renovarlos al precio que merezcan de acuerdo a la importancia en el equipo y al rendimiento demostrado en él. En ese contexto, el riesgo es mínimo, ya que se conoce al jugador, (su historial de lesiones incluído), y se sabe cómo encaja en el sistema y el rendimiento que probablemente dará en el futuro. El riesgo de esta operación es mínimo. Por contra, está la opción de pagar en la agencia libre por jugadores que seguramente se fichen para suplir a algún jugador drafteado por el equipo que fracasó. Pagar a otro que hizo bien el trabajo que se hizo mal. Y ello, con un dinero garantizado que compromete el futuro de la franquicia. Riesgo máximo.

La primera opción te permitirá controlar las renovaciones y por tanto el dinero del cap, de tal manera que es más fácil ampliar tu ventana de oportunidad de victoria. La segunda opción te acerca a esa ventana de oportunidad pero aumenta también el riesgo de dejarte hipotecado a futuro y a merced de las posibles lesiones, bajones de rendimiento, etc… Lo que también reduce en gran medida el tiempo de duración de esa ventana de tiempo para ser competitivo para ganar. Lo cual no significa que como plan a corto plazo no pueda salir bien. Esa es la excusa a la que se agarran los general managers de nivel medio o bajo y que en muchoas ocasiones toman sus decisiones bajo la presión de necesitar resultados inmediatos. Esta fórmula, rara vez tiene la recompensa más grande.

Al final, todo buen plan se basa en la estabilidad, en la previsión que permita optimizar el cap y en poder mantener en el tiempo un sistema que permita reponer regularmente la plantilla de jugadores con el mayor talento y el menor coste posibles. Para ello, es importante no dejar los números al azar y conseguir la mayor flexibilidad de forma regular, ya que el football es un deporte lleno de contratiempos que requieren de soluciones rápidas y generalmente costosas.

Volviendo a la frase de Michael Lombardi de que el football es un negocio, conceptos como estabilidad, objetivos (ventana de oportunidad), optimización de recursos (cap), establecer prioridades (fichajes iniciales), minimizar los riesgos, aumentar los beneficios, reducir el apalancamiento (dinero prorrateado) y en definitiva, seguir un plan de acción, no dejan de ser el léxico por el que se guía cualquier empresa.

Si te interesa todo lo referente al salary cap, la agencia libre, el draft y la gestión plantillas de la NFL tienes mucho más en el libro …

Comprar La Offseason
Categorías
Agencia Libre Articulos Draft Traspasos

Picks compensatorios. Qué son y cómo se reparten

A finales de febrero principios de marzo, unos dos meses antes del draft, la NFL da a conocer a través de sus insiders (informadores propios) qué equipos dispondrán de rondas compensatorias en el próximo draft, y qué rondas les han sido concedidas.

¿Qué son? Las rondas compensatorias son un sistema de asignación de 32 elecciones de draft extra a las franquicias que perdieron más agentes libres no restringidos (UFA)* de los que ficharon durante la offseason del año anterior. También aplica para el caso de haber perdido agentes libres de mayor calidad que los que se fichó. Estas elecciones compensatorias son siempre concedidas entre la 3ª y la 7ª ronda dependiendo del valor asignado a cada agente libre perdido. Y ningún equipo puede ser agraciado con más de 4 rondas compensatorias.

*Un agente libre no restringido (UFA) es un jugador que termina contrato con su equipo y queda libre para fichar por cualquier equipo de la liga, ya que tiene 4 ó más años de antigüedad en la NFL. De este modo, estos agentes libres que cambian de equipo supondrán una pérdida para un equipo y un fichaje para otro. Todos esos jugadores pasarán a formar parte del listado de agentes libres que la liga cataloga como Compensatory free agents (CFA).

Para calificar para la ecuación de compensación, un jugador debe:

  • haber sido un verdadero agente libre sin restricciones. Su contrato hubo de expirar o ser anulado al final de la temporada anterior. Es decir, el jugador no califica para la ecuación de compensación si fue cortado por su antiguo equipo.
  • debe firmar durante el período de firma de la agentes libres no restringidos (UFA), que finaliza el 27 de julio. Si firma después del 10 de mayo, debe haber recibido una oferta calificada en esa fecha por su antiguo equipo.
  • su valor compensatorio o valor de contrato debe estar por encima de una cantidad mínima específica.
  • y no puede haber sido liberado permanentemente por su nuevo equipo antes de la semana 10 ó antes de obtener una cierta cantidad de tiempo de juego, a menos que otro equipo lo haya reclamado. 

Pero la regla, en su sentido más general, habla de que los jugadores sólo se convierten en agentes libres compensatorios si son capaces de dejar a su antiguo equipo en contra de la voluntad de ese equipo. Aunque existe alguna excepción.

Byron Jones, futuro agente libre en 2020. Foto: Getty Images.

Ranking de CFA’s. Estos agentes libres compensatorios son catalogados con un valor de ronda de draft en función de una fórmula basada en varios parámetros, y que tienen de más a menos importancia en función del orden en que los enumero:

  • el salario anual del jugador (APY) con su nuevo equipo.
  • tiempo de juego con su nuevo equipo (jugadas en el campo respecto al resto de la liga).
  • honores de postemporada (apariciones en la Pro Bowl, designaciones All-NFL (de primer o segundo equipo), MVP de la SB, MVP de la temporada, Jugador Ofensivo/Defensivo del año (NFL o Conferencia) y Jugador del año (NFL o Conferencia).

La fórmula exacta nunca ha sido revelada por la liga, pero la ingeniería inversa de los analistas se ha aproximado mucho a ella.

A los jugadores de esta lista se les asigna un ranking y son ordenados en base a ciertos rangos de percentiles entre todos los jugadores que han formado parte de listas de activos o de reserva al final de la temporada regular. Dependiendo de su percentil en esa lista, recibirán su valor equivalente a una ronda del draft entre la 3ª y la 7ª ronda. O dicho de otro modo, si ordenamos a todos los jugadores de la liga en una lista de acuerdo a los parámetros arriba descritos, el jugador compensatorio tendrá el valor de una ronda u otra dependiendo de cómo de arriba esté en esa lista.

Round Percentile Overall Rank*
3rd 95th (top 5%) top 90
4th 90th (top 10%) top 186
5th 85th (top 15%) top 280
6th 75th (top 25%) top 481
7th 50th (top 50%) top 962

*Ranking previsto para el corte de ronda compensatoria. En 7ª ronda el corte se hará en el pick compensatorio nº 32.

Esta catalogación se hace inicialmente de forma provisional durante toda la offseason y durante la temporada para estimar las rondas que se asignarán a esos agentes libres, y puede variar mientras haya contrataciones de agentes libres. No será hasta finales de febrero, en la offseason siguiente, cuando se establezca el valor de cada jugador y la asignación definitiva de picks de rondas compensatorias.

Pero ese valor de equivalencia a una ronda de draft sólo se convertirá en un pick real en caso de que el valor asignado a un agente libre perdido no pueda ser compensado con la adquisición de otro agente libre de valor similar o inferior.

Esto se ilustra mejor con el ejemplo del cuadro de cancelación de rondas compensatorias de un equipo, que muestra a los agentes libres perdidos (a la izquierda) y a los ganados (a la derecha):

*APY: Average Salary per year. Salario medio anual en su nuevo contrato.

Las reglas para definir qué agentes libres darán opción a picks compensatorios serán las siguientes:

  • un agente libre calificado que es fichado por un equipo cancela al jugador calificado perdido cuyo valor es el más alto en la misma ronda.
  • si no quedan jugadores perdidos en esa ronda, el jugador firmado cancela al jugador perdido cuyo valor es el siguiente más alto en una ronda más baja.
  • un jugador fichado cancelará un jugador perdido cuyo valor cae en una ronda más alta sólo si no hay jugadores perdidos restantes.
  • después de que todos los jugadores fichados hayan cancelado a un jugador perdido, el equipo puede recibir una selección compensatoria por cada jugador calificado que permanezca.

Muchos de los jugadores calificados no alcanzarán ni siquiera el valor de 7ª ronda (non-qualifying), por lo que quedarán fuera de esta lista y no otorgarán ninguna ronda de draft a los equipos que los pierden. Y algunos de los que sí fueron catalogados con valor de 7ª ronda, quedarán sin ronda compensatoria por haber 32 agentes libres con derecho a compensación con un ranking más alto ese año.

Estas son las rondas compensatorias de cara al próximo draft de acuerdo a los agentes libres de la offseason y temporada 2019:

3ª rondaPickJugador perdido
Houston Texans#97Tyran Mathieu
New England Patriots#98Trey Flowers
New York Giants#99Landon Collins
New England Patriots#100Trent Brown
Seattle Seahawks#101Earl Thomas
Pittsburgh Steelers#102Leveon Bell
Philadelphia Eagles#103Jordan Hicks
Los Ángeles Rams#104Rogger Saffold
Minnesota Vikings#105Sheldon Richardson
Baltimore Ravens#106C.J. Mosley
   
4ª ronda  
Tampa Bay Buccaneers#139Kwon Alexander
Chicago Bears#140Adrian Amos
Miami Dolphins#141Ja’Wuan James
Washingon Redskins#142Jamison Crowder
Baltimore Ravens#143John Brown
Seattle Seahawks#144Justin Coleman
Philadelphia Eagles#145Golden Tate
Philadelphia Eagles#146Jordan Hicks
   
5ª ronda  
Denver Broncos#178Billy Turner
Dallas Cowboys#179Cole Beasley
   
6ª ronda  
New England Patriots#212Malcom Brown
New England Patriots#213Cordarrelle Patterson
Seattle Seahawks#214Shamar Stephen
   
7ª ronda  
New York Giants#247Mario Edwards
Houston Texans#248Kendall Lamm
Minnesota Vikings#249Trevor Siemian
Huoston Texans#250Christian Covington
Miami Dolphins#251Brandon Bolden
Denver Broncos#252Max García
Minnesota Vikings#253Tom Compton
Denver Broncos#254Tramaine Block
New York Giants#255Josh Mauro

Para el caso en que un equipo fichara los mismos agentes libres que perdió, no tendrá rondas compensatorias, salvo el caso de que los agentes libres perdidos equivalgan a rondas notablemente superiores a las rondas de los agentes libres que adquirió. En ese caso podría ser agraciado con un pick de 7ª ronda compensatoria o ronda suplementaria, y que se haría efectivo en el draft tras todas los restantes picks compensatorios de 7ª ronda. Como si fuera una 8ª ronda del draft.

Pero estas rondas sólo se asignarán si no se llegara a otorgar los 32 picks compensatorios, y se repartirían tantos picks de este tipo hasta llegar al total de 32 picks que siempre se adjudican. 

Asignación. Estas 32 elecciones compensatorias se asignan siempre después de todas las elecciones de la ronda natural del draft, cuando ya han elegido los 32 equipos. El sistema para decidir quién elige primero dentro de los picks de compensación en una misma ronda se rige por el ranking de los agentes libres que otorgan esas rondas, es decir, elige primero el que haya perdido un agente libre de valor más alto.

Tradeables desde 2017. Estas rondas extra no se podían tradear o traspasar a otros equipos hasta 2017. Y lo que hacían habitualmente los equipos era tradear su ronda natural y elegir a su jugador con esta ronda compensatoria. Pero desde el draft de 2017, las rondas compensatorias también se pueden traspasar a otros equipos.

Prácticas habituales. Una maniobra que empieza a ser muy habitual en la liga es adquirir mediante trade a jugadores que están en su último año de contrato, para después de disfrutarlos durante un año, dejarlos ir en la agencia libre y disponer así de la ronda compensatoria pertinente el año siguiente. Los Patriots son el principal valedor y especialista en este tipo de gestiones. Principalmente porque dentro del ecosistema de un buen equipo los jugadores seguramente parezcan mejores de lo que son, y ello lleva a sobrepagarlos en la agencia libre, con el consiguiente aumento del valor de la ronda compensatoria que eso conlleva. Aunque se puede pensar que eso va contra el espíritu de la norma, que como tantas muchas otras, velan por equilibrar el nivel de los equipos. Sin embargo, a día de hoy este tipo de maniobras son aún valoradas de forma positiva como una buena gestión desde la gerencia, ya que realmente no vulneran ninguna regla.

Bill Belichick. Foto USA Today.

Mejores elecciones en rondas compensatorias. No hay que menospreciar el valor de estos picks de rondas compensatorias ya que con ellos se pueden llegar a conseguir jugadores importantes. Sirva de muestra este listado de jugadores que fueron elegidos por sus equipos durante la última década mediante picks de rondas compensatorias, aunque hay muchísimos más. He añadido alguno al final, que aunque es anterior a la última década, seguramente te resultará familiar:

Mike Daniels, DT (Green Bay Packers). 4ª ronda, pick #132, 2012. Dak Prescott, QB (Dallas Cowboys). 4ª ronda, pick #135, 2016. Kyle Jusczyk, RB (Baltimore Ravens/49ers). 4ª ronda, pick #130. 2013. Malcom Smith, LB (Sea/Raiders/49ers). 7ª ronda, pick #242, 2011. Blake Martinez, LB (Green Bay). 4ª ronda, pick #131, 2016. Quincy Enunwa, WR (NY Jets). 6ª ronda, pick #209, 2014. Ricky Wagner, T (Ravens/Lions). 5ª ronda, pick #168, 2013. Marlon Mack, RB. (Indianapolis Colts). 4ª ronda, pick #143, 2017. Tom Brady, QB. (New England Patriots). 6ª ronda, pick #199, 2000.

Todo esto y mucho más en el libro La Offseason.

Categorías
Agencia Libre Articulos Salary cap Traspasos

Franchise tags. Qué son, tipos y diferencias

¿Qué es? El tag es una designación que las franquicias pueden aplicar a uno de los jugadores de su roster que está en último año de contrato y se va a convertir en agente libre sin restricciones (UFA) al final de la temporada en curso.

Es un intento de los equipos por retener a uno de sus jugadores más importantes y valiosos que acaba contrato y con el que no es capaz de llegar a un acuerdo multianual. De ese modo, los equipos le colocan el tag al jugador para intentar quedárselo en su roster al menos durante el próximo año. Y lo hacen por alguna de estas razones:

  • para ganar tiempo y continuar con la negociación del contrato multianual con el jugador.
  • para evaluarlo durante una temporada más jugando para el equipo.
  • para buscar alternativas a ese jugador en la agencia libre y/o el draft.
  • para no dejarlos escapar gratis y tradearlos después de firmarle el tag.

Condiciones. El contrato del tag es siempre de un año y por una cantidad estipulada por reglamento. Ésta será completamente garantizada* para el jugador (una vez la firme) y repercutida íntegramente contra el cap de la franquicia en la temporada que comienza. El jugador sólo cobrará ese contrato si firma el tag, pero el equipo tendrá que repercutir esa cifra íntegra contra el cap de la próxima temporada en cuanto etiquete al jugador ante la liga, independientemente de que el jugador firme el contrato del tag o no.

Cuándo. Siempre 22 días antes de la fecha de final de temporada, que este año es el 16 de marzo, fecha en que expiran todos los contratos de último año, se abre el período en el que los equipos pueden etiquetar a sus jugadores con los llamados tags. Las franquicias tienen una ventana de 2 semanas para hacerlo, es decir, este año podrán etiquetar a sus jugadores franquicia entre el 21 de febrero hasta el 8 de marzo.

Opciones. Pero una cosa es que el equipo etiquete al jugador y otra diferente que el jugador acepte y firme ese contrato del tag, ya que estas etiquetas son colocadas por la franquicia sobre el jugador de manera unilateral, y sin derecho de veto por parte de este. Así que el jugador sólo tiene unas pocas alternativas si es etiquetado con el franchise tag:

  • firmar ese contrato anual del tag y jugar con él por un año. Con el riesgo que conlleva para él.
  • firmar ese contrato anual del tag y renegociar un contrato de larga duración. El cual deberá firmar como muy tarde el 15 de julio.
  • no firmarlo, quedarse sin jugar (y sin cobrar) toda la temporada, y esperar al día después de la disputa del último partido de temporada regular para volver a negociar un contrato de larga duración. No se convertirá en agente libre en el caso de no firmar el tag ya que esa temporada sin jugar no correrá en su contrato. Y tampoco contará como como temporada acumulada en la liga.
  • firmar el contrato del tag durante la disputa de la temporada, pero siempre antes del martes posterior a la disputa de la semana 10 de la temporada regular. Esta es la fecha límite para firmar el contrato del tag y poder jugar durante esa temporada. Si firmara con la temporada empezada, cobraría únicamente la parte proporcional del contrato correspondiente a las semanas de temporada que queden por disputarse, pero esa cantidad sería garantizada.

*Hay una excepción a esta regla de acuerdo al artículo 10 del convenio colectivo de 2020, que determina que esta cantidad dejaría de ser garantizada en el caso de que el jugador fallara a la hora de “establecer o mantener su excelente condición física”. Esta valoración deberá ser juzgada por una parte neutral en los 20 días posteriores a la rescisión del contrato.

Los jugadores disconformes con que se les etiquete, cuando deciden firmarlo, suelen hacerlo en las últimas fechas de pretemporada, ya que éste obliga al jugador a acudir a todas las actividades obligatorias de la pretemporada y a acudir al training camp.

Foto Davante Adams. Green Bay Packers
Davante Adams (Packers) es candidato a ser taggeado este año. Foto: USA Today

Tipos de tag. Una vez definido lo que es etiquetar o taguear a un jugador, vamos con los tipos de etiquetas o tags. Son básicamente 3; el exclusive franchise tag, el non-exclusive franchise tag y el transition tag.

Veámoslos en detalle: 

Exclusive rights franchise tag. La primera designación es la etiqueta de jugador franquicia con derechos exclusivos. Es una opción de contrato de un año por una cantidad garantizada de la cantidad que sea mayor entre:

  • el promedio de los 5 salarios más altos en la posición del jugador.
  • el 120% de su salario anterior.

Eso limitará al jugador, que en el caso de recibir esta etiqueta, no podrá negociar ni firmar con ningún otro equipo porque sus derechos seguirán siendo del equipo que le etiqueta. Así que o firma ese contrato de un año, o llega a un acuerdo multianual con su equipo. En caso contrario, el próximo año no podrá jugar, ni cobrar.

Non-exclusive rights franchise tag. La etiqueta de jugador franquicia sin derechos exclusivos es la más habitual y la más conocida. Cuando leas en las noticias acerca del “franchise tag”, se refieren casi siempre a esta. Se trata de una opción de contrato de un año por la cantidad garantizada de la mayor de estas cantidades:

  • el promedio de los 5 salarios más altos en la posición del jugador.
  • el 120% de su salario anterior.

Esta etiqueta permite al jugador negociar con otros equipos en busca de un contrato multianual, pero su equipo actual tendrá derecho a igualar dicha oferta. En caso de que el equipo actual no iguale la oferta o, cuando existan dos ofertas iguales, el jugador decida firmar con el nuevo equipo en lugar del actual, la nueva franquicia tendrá que dar a la antigua 2 picks de 1ª ronda en compensación. Y estos 2 picks deberán ser los originales de la franquicia o picks mejores. No es posible traspasar tu pick original por uno inferior e incluirlo en este concepto, para minimizar el coste de la operación.

Transition tag. La etiqueta de transición es una opción de contrato de un año por una cantidad garantizada del promedio de los 10 salarios más altos en la posición del jugador.

Esta etiqueta también permite al jugador negociar con el resto de franquicias en busca de un contrato multianual, y a la franquicia que le etiqueta el derecho de igualar la oferta que reciba. Pero en caso de no igualarla, esta no tendrá derecho a recibir ningún pick de la nueva franquicia en compensación. Sí recibirá el pick compensatorio de la liga al año siguiente, en caso de que le correspondiera según la tabla de compensación del equipo por el desfase entre la adquisición y pérdida de agentes libres durante esa temporada. Luego lo veremos.

Tanto en el non-exclusive franchise tag como en el transition tag, si el equipo que etiqueta al jugador iguala la oferta que recibe de otra franquicia, no existirá renegociación por parte del otro equipo, y el jugador estará obligado a firmar esa oferta de su equipo. En caso contrario, la siguiente temporada no podrá jugar ni cobrar.

Aquí tienes una estimación de las cantidades por las que habrá que etiquetar a un jugador este año 2022 en el caso de que el cap alcance su máximo projectado de $208.5M. Aplica tanto si la etiqueta de jugador franquicia es con o sin derechos exclusivos) y también para el transition tag:

Position                Franchise tag   

Quarterbacks:            $28.598.000
Running backs:     $12.536.000
Wide receivers:         $19.127.000
Tight ends:              $10.834.000
Offensive linemen: $16.698.000
Defensive ends:         $20. 186.000
Defensive tackles:     $16.888.000
Linebackers:               $17.417.000
Cornerbacks:             $17.295.000
Safeties:                       $13.544.000
Kickers/Punters:       $5.469.000

Posición Transition tag

Quarterbacks:          $25.651.000
Running backs:     $10.148.000
Wide receivers:       $16.740.000
Tight ends:          $9.332.000
Offensive linemen: $14.997.000
Defensive ends:        $16.623.000
Defensive tackles:    $13.596.000
Linebackers:             $14.882.000
Cornerbacks:            $14.904.000
Safeties:                   $11.265.000
Kickers/Punters:       $4.980.000

Hay que partir de la base que ni franquicia ni jugador son partidarios del uso del tag. Unos porque prefieren atar a este tipo de jugador de calidad por varios años, y otros, porque los contratos multianuales le reportan a los jugadores cantidades garantizadas, generalmente superiores que la que percibirán por un año de contrato con el tag. Por ello, se dan ciertas circunstancias alrededor del tag.

Orlando Brown será probablemente taggeado por los Chiefs. Fuente: USA Today

Tradeable. Un jugador sobre el que se ha colocado un tag es tradeable y sólo requiere del acuerdo entre las franquicias, no hay reglas que cumplir al respecto. Pero el sentido común dice que la franquicia que adquiere al jugador debe tener claro que será capaz de convencer al jugador para firmar el tag o llegar a un acuerdo multianual con él. De no ser así, se arriesga a un posible holdout o huelga del jugador (al negarse a firmar el tag y a jugar) o a tener que dejarlo marchar a la agencia libre después de haber pagado por él en el traspaso.

Sólo un tag al año. Tanto si se ha retirado el tag para dejar marchar al jugador como si se ha retirado para firmar un contrato multianual con el jugador, si se retira la etiqueta antes del vencimiento de la fecha para etiquetar jugadores no es posible volver a colocar la etiqueta a otro jugador. Tan sólo se puede etiquetar a un jugador al año y sólo con un tipo de tag. El actual convenio colectivo únicamente establece una excepción a esta norma en su último año de vigencia (2030), cuando pueden ser usados ambos, tanto el franchise tag como el transition tag.

Múltiples franchise tags sobre un jugador. Un jugador sólo puede ser etiquetado hasta un máximo de 3 veces a lo largo de su carrera, independientemente de si esos 3 tags son en años consecutivos o no y de si le etiqueta el mismo equipo o varios diferentes. Y en cada ocasión el tag colocado puede ser diferente, no necesariamente el mismo.

Costes. Dependiendo del orden de tag de que se trate, la cantidad establecida para ese contrato será la mayor de entre varias cantidades. Para el caso del franchise tag con derechos exclusivos las cantidades serán las siguientes:

Primer tag. La cantidad más grande entre:

  • el promedio de los 5 salarios más grandes en la posición del jugador.
  • el 120% del salario anterior del jugador.

Segundo tag.

  • el 120% del salario anterior del jugador.

Tercer tag. La cantidad más grande entre:

  • el 144% de su salario anterior.
  • el valor del tag de la posición mejor pagada de esa temporada, que suele ser la de quarterback.

De cara a establecer qué cifra le corresponde percibir al jugador según el caso, lo que se tendría en cuenta es la cantidad de tags que se le han colocado al jugador, no si los ha firmado o no.

Nunca se ha llegado a dar el caso de un tercer tag para el mismo jugador, pero para el caso de Le’veon Bell, la NFL y los Steelers acordaron que el segundo tag (que no fue firmado por Bell) no se arrastraría al tercer año como se llegó a especular en los medios de comunicación. Lo que nunca se definió, por tratarse de un caso sin precedentes, fue si el tercer tag hubiera sido el transition tag, este hubiera sido aplicado bajo las cantidades del primer tansition tag u otras diferentes más acordes a un tercer franchise tag.

Retirar el tag. Otra consideración importante es que el tag se puede anular o retirar, siempre y cuando el jugador no haya firmado ese contrato del tag. En el caso de que a un jugador se le retire el tag por no haber llegado a un acuerdo con él, éste se convertirá automáticamente en agente libre sin restricciones, y podrá negociar y firmar un nuevo contrato con cualquier franquicia en las condiciones que desee. También se puede retirar porque se haya llegado a un acuerdo con el jugador y se firme otro contrato diferente al del tag.

Pero esta norma le da una ligera ventaja a la franquicia, que podría retirarle el tag al jugador hasta incluso pasada la agencia libre si este no lo firma. En ese período de tiempo su equipo podría haberle encontrado sustituto, y el resto de franquicias podría tener ya perfilado todo su roster y/o tener su cap reducido de forma significativa. Todo lo cual minimiza las opciones del jugador de negociar un buen contrato multianual, algo que sí podría haber hecho durante el período de la agencia libre anterior al draft en caso de no haber sido etiquetado. De ahí que el momento óptimo para firmar el tag (cuando se tiene intención de hacerlo) suele ser durante las últimas semanas de la agencia libre, y siempre antes del draft (finales de marzo, principios de abril).

A día de hoy, las negociaciones entre las franquicias y sus jugadores estrella para llegar a un acuerdo multianual (recuerda, debe firmarse como fecha límite el 15 de julio), suelen ser tremendamente complicadas porque las pretensiones de ese tipo de jugadores son siempre altísimas. La teoría es que los tags son una herramienta de las franquicias para ganar tiempo en esa negociación, ya que la etiqueta evita que el jugador quede libre al finalizar la temporada y salga a la agencia libre.

Pero la realidad es que los tags son un privilegio que los propietarios de la liga le sacaron a los jugadores en la negociación del convenio colectivo de 2011, y que las franquicias usan para forzar la negociación con el jugador, ya que de este modo es obligado a negociar sólo con su actual equipo.

Lee más sobre los franchise tags y todo lo que sucede en la offseason de la NFL en en libro LA OFFSEASON.

Categorías
Agencia Libre Articulos Fin de temporada

Preparando a agencia libre: auditoría del equipo

Disponible a principios de febrero

Le’veon Bell, RB de los New York Jets.

La Offseason

Si te gusta la NFL y quieres descubrir todo cuanto sucede en la liga cuando no hay partidos, La Offseason te explica de forma sencilla cómo funciona la otra parte de la liga.
El límite salarial, los franchise tag, la agencia libre y el draft explicados de una forma sencilla para que puedas seguir la NFL después de la Superbowl.
La Offseason te plantea el reto de convertirte en el general manager de tu equipo para que lo guíes hasta el campeonato. Acepta el reto de la Offseason, donde empieza todo.